CARDIGAN ➳ GOJO SATORU; JUJUTSU KAISEN

08: No sientas nada.

El circulo de velas se encuentra listo, el fajo de las cartas de Tarot baila en mis manos cuando las barajeo y mi victima se encuentra en el lugar indicado listo para dejarme entrar por primera vez en su mente. Las puntas de mis dedos hormiguean y no puedo dejar de repetir que esto podría salir muy bien o muy mal, una vez que iniciara con el ritual yo vería y sabría cosas de Gojo que tal vez nadie más conoce, incluso el mismo podía desconocer algunos recuerdos que tenía muy escondidos.

Carraspeo un poco para llamar su atención, el levanta la vista del suelo y me dedica una media sonrisa indicándome que el estaba listo. Yo no lo estaba, al menos no del todo y aun no sabía que clase de recuerdo quería que yo obtuviera de el, tuve algunas ideas mientras barajeaba las cartas y esas ideas involucraban recuerdos de alguna chica, de su familia, de el mismo o de alguien que jamás se me vendría a la mente. Cuando Satoru me pidió eso por la forma en que lo dijo sabía que se trataba de algo serio, él enserio quería que lo hiciera y lo compruebo una vez más cuando espera paciente sin decirme algo mientras yo termino de prepararme.

— ¿Qué será el recipiente de esta memoria?— pregunté. El chico lo piensa unos segundos y sus ojos recorren toda la habitación hasta detenerse en un punto en especifico, recordé cuando habíamos hablado sobre los recipientes en la estación de trenes y el había dicho que si su zapato podía ser uno así que juraba que ahora mismo el escogería alguna cosa absurda.

Se levanta del suelo y me mira.

—¿Puedo salir del circulo por el recipiente?—me pregunta antes de dar el primer paso fuera de las velas, yo asentí casi de inmediato y el se apresuro a caminar hacía su mochila que se mantenía sobre la pequeña mesa que teníamos en la habitación. Rebusca dentro de ella y murmura algunas cosas cuando parece demorar más de lo previsto.

Unos segundos después el se gira de nuevo en mi dirección y lo que sostenía en manos me toma por sorpresa así que debo apartar la mirada hacía las cartas para que el no note mi expresión. Satoru toma asiento en el circulo de velas de nuevo, deja en frente de mi aquel precioso joyero que se mantiene cerrado.

— ¿Eso servirá?— me pregunta.

—¿El joyero?— enarqué una ceja — Puede funcionar. Rara vez un recipiente no es compatible.

—El joyero no — me responde soltando una ligera risa a lo cual yo ladeo la cabeza — Lo que hay dentro de el. Ábrelo.

No iba a negarme, mi curiosidad iba más allá que todo así que solté el fajo de cartas y me apresure a extender mis manos para abrir el joyero de madera. La caja tenía decoraciones de flores de sakura y algunos detalles de dorado, la cerradura no tenía seguro y era igual de brillante que todo lo demás. Era una antigüedad pero estaba en un muy buen estado, levante la tapa por fin para encontrarme con un precioso par de pendientes.

Azul brillante. La piedra que decoraba los pendientes era demasiado azul, una piedra preciosa que brillaba a la luz de las velas y podía ver mi reflejo en ellas, eran como los ojos de Satoru.

—Son preciosos...—solté admirándonos detenidamente. Habían un par de piedras más que brillaban alrededor de los pendientes pero la atracción principal eran las piedras azules.— Se han convertido en el mejor recipiente. Dios, son hermosos.

—Lo sé — Satoru agrega mirándome — Eran sus favoritos.

Aquellas palabras me sacaron del trance en que los pendientes me habían llevado y mire a mi compañero. Ojos cristalinos, una expresión melancólica y sus manos entrelazadas, verlo así con solo la luz de las velas y en aquella habitación en donde solo estábamos el y yo fue como recibir una descarga eléctrica por todo el cuerpo. Apoye en el piso el joyero con la tapa alzada y volví a tomar las cartas.