TRES /SEGUNDA PARTE/

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Una semana había pasado y Jaekyung no había recibido ni un mensaje, llamada o visita de Kim Dan, lo cual lo ponía un tanto nervioso. Tontamente creyó que el chico no aguantaría la espera y hablaría con él, pero no, claramente eso no pasó. El alfa se encontraba en su oficina ordenando algunos documentos que tenía pendiente, sin embargo, su mente seguía pensando en porqué el omega no estaba ahí. Soltó un suspiro, se levantó de su cómoda silla y salió del lugar, tendría que ir a buscar al chico sí o sí.

Minutos más tarde, se encontraba estacionando su bonito auto frente a la cafetería donde trabajaba Dan. Bajó del carro y se adentró al recinto, con la mirada buscó a Kim, pero no lo encontró por lo que se animó a preguntar con la señora del mostrador, a quién reconocía como la madre de Dong-Gyun.

―Disculpe, ¿dónde está Kim Dan? ―habló el pelinegro.

―Buenos días, para usted también. Lamento decirle que hoy es el día libre de Dan―habló la mujer con una sonrisa amable.

― ¿Sabe dónde lo puedo encontrar? Necesito hablar con él―respondió Joo.

―Una disculpa, no puedo darle la información de mis trabajadores, pero vuelva mañana y aquí lo va a encontrar. Con su permiso, necesito atender a otros clientes―Ji-a dejó al alfa con la palabra en la boca y se retiró.

Joo Jaekyung soltó un suspiro cansado. Sabía que le iba a costar todo, pero no debía desistir, así que tal y como Ji-a le había dicho, al siguiente día regresó. Cuando bajó de su auto observó a Dan vistiendo unos pantalones negros, playera color crema y un delantal café amarrado a su cintura. El omega estaba limpiando las puertas de cristal, por lo que no sería difícil que lo notara, esta vez no lo iba a dejar ir.

Se arregló el saco y se acercó. Tocó la puerta y Dan al verlo solo rodó los ojos con cansancio.

―Aún no estamos atendiendo, señor. Puede regresar en tres horas―habló el castaño cuando abrió la puerta.

―Quiero hablar contigo, sí o sí, Kim―dijo Joo seriamente.

―Estoy trabajando. Luego hablamos―Kim estaba a punto de cerrar, no obstante, el alfa puso un pie para detener la puerta.

―No voy a esperar más. Y si no quieres que me convierta en tu sombra, hablemos de una vez―comentó el alfa. Dan solo soltó un suspiro.

―Está bien. Pero tendrás que esperarme hasta que finalice mi turno.

―Claro, estaré en el auto esperando.

―Te sugiero que compres comida y tengas mucha paciencia, mi turno termina hasta las 4 pm―Kim Dan sonrió y cerró la puerta para luego desaparecer de la vista del alfa.

Jaekyung estaba más que molesto ante la situación, pero no se iba a rendir, así que le habló a su secretaria para cancelar todos los pendientes que tenía, pues sería una larga espera. Regresó a su auto y ahí esperó. Después de una espera de siete horas, pudo observar que el omega ya estaba saliendo de la cafetería, se acercó al auto y tocó la ventana.

―Tienes que llevarme a hacer unas compras y luego te daré la oportunidad de hablar―comentó el castaño entrando al carro y acomodándose en el asiento.

―Como gustes, omega―respondió Joo.

―No me vuelvas a decir omega, alfa―dijo Dan resaltando la casta del pelinegro. Lo cual incomodó al susodicho.

Ya en el supermercado Kim Dan escogió carnes, comida en lata, leche, pan, cosas para su hijo como jugos, galletas, cereal, alguna que otra ropa y productos de uso personal.

―Oh, creo que no me alcanzará para pagar las cosas de mi hijo, ¿puede pagarlas tú? Luego te paso el dinero―habló Dan cuando ya estaban en la caja. Sin esperar respuesta, separó los artículos de su cachorro para que Jaekyung los pagara. El alfa solo asintió y pagó.

Dan's Secret (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora