Kim Hwan /1/

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Kim Hwan era un omega al que le gustaba defender a otras personas, odiaba las injusticias, pero él no podía defenderse de sus propios padres. Hwan amaba a un alfa con todo su corazón, eran novios a escondidas, siempre se veían en horas escolares o trataban de realizar los proyectos juntos, para pasar más tiempo. Sin embargo, toda esa bonita vida romántica se terminó cuando se enteró que su amado alfa ya estaba por realizar una familia. Hwan había sido el amante.

Para su suerte o desgracia, conoció a una alfa muy amable, linda y que siempre lo apoyaba en todo. Se sentía tan bien junto a ella que al finalizar la carrera decidieron casarse y formar una familia. Cuando comenzaron a planear para tener hijos, Hwan se sintió triste cuando la alfa se negó a cargar con el cachorro, pero el chico de 25 años sabía que él también podía concebir, por lo que no le molestó ir con un médico especialista para que le inseminaran parte de los fluidos de alfa que su pareja tenía.

Kim Hwan era el omega más feliz con su vientre hinchado, lo malo era que su alfa nunca estaba con él, pues ella se la pasaba trabajando y diciendo que si ella no trabajaba se iban a quedar sin comer y sin poder mantener al bebé, lo cual era una gran mentira, porque a pesar de que el pelinegro estuviera en cinta, trabajaba desde casa, aún le pagaban su sueldo, por lo que no había ningún problema si la mujer no trabajaba, aunque sea un día para pasarla con su familia. Tampoco le sorprendió que ella no llegara al parto de su precioso hijo, al que llamó Dan. Cuando tuvo a su cachorro en sus brazos, comenzó a llorar, prometía protegerlo de alfas como su madre.

No obstante, Kim comenzó a sospechar que su pareja tuviese un amante, pues ya se le hacía raro que no quisiera realizarle una marca. Una de esas noches en las que el omega estaba aún despierto y arrullando a su bebé, escuchó la puerta siendo abierta y azotada.

―No hagas mucho ruido, por favor. Acabo de lograr hacer dormir a Dan―habló en voz baja el omega.

―A mí que me importa. Yo no quería hijos ahorita, es tu problema, tu hazte cargo―respondió la alfa para luego irse a su recamara.

"Vámonos de aquí, aquí no es seguro para nosotros y nuestro cachorro" habló la conciencia lobuna de Hwan. Sin embargo, la ignoró y siguió haciendo sus cosas.


Los años pasaban y al omega le dolía ver como su pequeño hijo se esforzaba por hacer feliz a su madre, teniendo buenas calificaciones, participando en varios eventos o practicando algún deporte, no obstante, la alfa solo le soltaba un "felicidades" sin voltearlo a ver y siguiendo con sus asuntos.

―Mamá no me quiere, ¿verdad? ―preguntó una noche cuando ambos estaban acostados en la misma cama.

―No digas eso, mi amor. Sí te quiere, pero su forma de querer es muy rara―dijo Hwan tratando de aligerar un poco el ambiente. El pequeño Dan sonrió y abrazó a su padre.


Cuando Hwan se enteró que su hijo sería padre, sintió como un balde de agua helada le hubiese caído, pues no quería que sufriera como él lo había hecho. Pero no lo iba a dejar solo, no cuando vio que su esposa había golpeado a su cachorro, no dejaría que nadie lo maltratara. Por lo que la idea de sacar a su hijo y pedir el divorció; le pareció estupenda. Hwan pensó, como un tonto omega, que su esposa le iba a pedir disculpas, que arreglarían todo y aceptaría a Dan otra vez, pero estaba muy equivocado. La alfa no se negó a firmar y tal parecía que era la mujer más feliz por estar soltera de nuevo.

Hwan se encontraba terminando de lavar los trastes cuando escuchó que abrían la puerta de su casa, se puso muy feliz de que su hijo, nieto y yerno lo visitaran, pero su sonrisa se borró cuando vio a su hijo espantado y con un omega golpeado.

Dan's Secret (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora