What are the chances? - Tom kaulitz -

(13) ¿porque no la detuve?

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Llegamos al dichoso puesto de juegos el cual consistía en tirar unos pequeños dardos no muy filosos y explotar los globos que estaban pegados en una grande pared.

Este juego era casi imposible de ganar, ya que debido al poco filo del dardo, debías poner bastante fuerza al lanzarlo para que este explotara el globo.

Sabía que era imposible que Tom lo logrará así que estaba preparada para tener que rechazarlo he irme esa noche sin darle ni un solo beso.

—Bueno, Tom. Tienes que ganar ese grande oso de por ahí. —Dije apuntando al oso más grande que había. —Para ganarlo debes explotar los 5 globos y solo tendrás 5 oportunidades... tal vez, solo si logras obtener ese oso para mi, te pueda dar unos cuantos besitos. —Le dije guiñándole un ojo y tirándole una sonrisa coqueta.
Sabía que Tom no lo lograría, entonces solo lo estaba provocando para que después se fuera sin nada.

Vi como a Tom le brillaron los ojos al escuchar eso último que dije y como relamía sus labios.

—¿Solo si gano me darás un beso?— Pregunto con una sonrisa ladina.

—Mmh, eso lo decido yo.

—Que mal. —Miro mis labios, con una de esas sonrisitas que solía hacer. —Porque, yo de verdad necesito besarte, y encontrare la manera de lograrlo. — Seguía con su mirada puesta en mis labios.

—¿ah, si? —Dije, intentando seguir su juego. —¿Y como pretendes hacer eso sin mi permiso?.

—Eso lo verás después, mientras, vamos a ganarte ese oso. —Caminamos hacia el señor del puesto quien se veía ya cansado por estar todo el día ahí sentado.

—hola, buenas noches. Queremos jugar por favor. —Le pedí amablemente.

—Claro señorita, ¿jugará usted o su novio? —Pregunto el señor que se veía realmente cansado.

—Oh, eh... el no es mi novio... —Le aclare con una sonrisa nerviosa y mis mejillas empezaron a sonrojarse.

—Bueno... ¿su Amigo? —Intentó adivinar el señor.

—Eh si, algo así...—no sabía lo que éramos entonces mejor no complicaba las cosas. —Va a jugar mi... amigo. —Sentí la mirada de Tom puesta en mi pero no quise voltear por que vería lo roja que me encontraba.

—Perfecto. Serían 5 dólares. —El señor nos cobro (le cobro a Tom muajaja) y nos explicó las reglas las cuales ya sabíamos. Nos dio los dardos y nos deseó suerte para empezar a jugar.

Tom empezó tranquilo, lanzó un dardo y pude notar su brazo trabajado un poco mejor debido a la fuerza que había aplicado al tirar el dardo.
"Felicidades, lleva un globo". Escuche al señor decir. Carajo, ¿y si Tom lograba explotar todos los globos?, ¿no se suponía que este tipo de juegos solo te robaba el dinero?.
Bueno, solo lleva uno, no creo que pueda con los demás...

"¡Felicidades, segundo globo!"

Mierda creo que subestimé a Tom....

Así fueron explorando los globos hasta que llegó al 5to, el globo que decidiría lo que pasaba o no.
Pude ver a Tom sudar un poco y se veía un poco nervioso.
Tomó el último dardo entre sus dedos y se preparó para el mejor tiro de su vida.
Se podía ver mi mirada de miedo esperando y rezándole a dios por que Tom fallara ese tiro (aun que una parte de mi quería que le atinara).

Lanzó el dardo y... ¡no le atino!
El dardo rebotó en el globo y al parecer le faltó fuerza porque este no estalló.

—¡Joder! Esto es un fraude, señor, se lo pido... ¡deme otra oportunidad! —Suplicó Tom y se podía notar la furia en sus ojos.