→ 08: calor

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König le había dado un muy buen consejo y ella no lo desaprovecharía.

"Eres joven, se que tienes dudas, pero tienes que estar segura de tus ideales. Si tú no quieres tomar el trabajo sucio no lo hagas. Trabaja duro para destacarte en lo bueno y hacer el trabajo como corresponde".

Por eso mismo había estado matándose entrenando por una semana, y si tenía suerte podría pedirle al General que analizara sus técnicas luego del fin de semana.

Quería subir de rango, dejar de ser una recluta y convertirse en una cadete, lo que le permitiría dejar de dormir en el dormitorio común con todos sus compañeros y poder mudarse al dormitorio común de mujeres.

Era un sueño para ella, poder dormir tranquila, no tener miedo en las noches cuando escuchaba movimientos cerca suyo.
Pero también quería aprender de las cadetes y soldados, aquellas mujeres que ella veía tan fuertes y valientes, que seguro tenían muchas cosas para enseñarle.

— Las flexiones te salen tan bien que creo que debo sentarme en tu espalda para sumarte peso.

La muchacha dejó de hacer ejercicio, riendo un poco mientras apoyaba sus rodillas en la tierra.

— Hola, Coronel.

— Hola... — dijo König, extendiendole su botella de agua a medio beber. — Bebe, hace calor y estás muy sudada.

La muchacha se miró a si misma, notando como su camiseta estaba pegada a su cuerpo a causa del sudor.
Tiró un poco de ella y tomó la botella.

— ¿Tú no tienes calor? — preguntó mientras bebia el agua, viendo cómo König no tenía ni una porción de piel expuesta.

— Claro que lo tengo. Me estoy muriendo de calor. — dijo divertido y al chica rió.

— No hay nadie aquí, puedes quitarte algo si quieres... — murmuró y él la miró desde arriba.

— No hay nadie aquí porque eres la única loca que entrena un sábado al medio día. Desquiciada.

Ella carcajeó escandalosamente ante las palabras del hombre, lanzandolole la botella. El la atrapó sin problemas entre risas.

— Oye, creo que me agradabas más cuando solo me decías "Mhm" — dijo divertida, extendiendo su mano hacia arriba. Él la tomó sin dudaelo y la ayudó a levantarse.

— Crei que si era tu amigo podía burlarme un poco de tí... ¿Vas a decirme por qué estás entrenando tanto?

Ella suspiró, acomodando su cabello sudado bajo la atenta mirada del hombre.

— Quiero subir de rango así puedo dormir en el dormitorio de mujeres, y bueno... Me gustaría que me incluyan en algunas misiones.

Él asintió. — Eso es bueno. Hablaré con el General y le diré que-

— No quiero que hables con nadie. — dijo frunciendo sus cejas y König se sintió regañado. — Quiero subir por mis propios medios.

— Pero quiero ayudarte...

— Voy a enojarme si me ayudas. Eres muy bueno, pero no quiero que sea injusto.

König asintió, viendo cómo la muchacha se agachaba un poco para sacudir la tierra que tenía en sus rodillas.
Miró su cuerpo. Estaba sudada, por lo que todo se marcaba.
Su cintura, su espalda... Sus caderas.

Acomodó su garganta, sintiendose acalorado de pronto.
Se quitó sus guantes, guardándolos en el bolsillo delantero de su pantalón bajo la atenta mirada de la muchacha.

— ¿En serio? ¿Solo los guantes? — dijo divertida y él rió un poquito, encogiendose de hombros.

— No me gusta que vean mí piel.

— ¿Nisiquiera yo? Pero soy tu amiga. — dijo con un puchero en sus labios.

Él la miró atento. ¿Desde cuando era tan linda?

Es decir, siempre le pareció linda, pero hoy estaba espléndida para él. Alegre. Ya no estaba deprimida como solía verla.

Después de la charla que habían tenido en la que él de había abierto se habían vuelto muy cercanos, quizás más que antes.

Él en especial tenía ganas de sentirla más cerca.

— Tú viste y sentiste mis manos... Eso es mucho más de lo que cualquiera aquí ha visto.

— Entonces es un honor ver sus manos, Coronel. — dijo divertida y él sonrió debajo de su máscara. — ¿Me acompañas al campo de tiro? 

— ¿Ahora? ¿A esta hora? ¿Un sábado? — preguntó y ella rió. — Escucha... Hace mucho que no salgo de la base.Estaba pensando...

Ella abrió sus ojos en grande, sintiendo los latidos de su corazón irregulares.

— ¿Si...?

— ¿Por qué no te tomas una ducha y vamos a comer algo fuera? Hoy no tienes entrenamiento, yo tampoco... Es un día libre, básicamente.

La chica asintió rápidamente. Bueno, quizás no era tan importante entrenar ese día.

— Claro que quiero, König. Es la primera vez que vamos a salir juntos.

Él asintió.

— Así es. Es como oficializar nuestra amistad.

Ella asintió emocionada, y König rió al verla correr hacia las duchas.

Miró sus manos y suspiró. Esperaba que ella no haya notado sus manos temblorosas.

No entiendía por qué se sentía tan nervioso cerca suyo.



El próximo capítulo va a ser la continuación de este ^^

Me encanta la confianza que se tienen, könig se vuelve progresivamente menos tímido y va mostrando poquito a poquito más de él, no solo de su personalidad e historia sino también de su cuerpo.

Pd: había visto un fanart en Pinterest de könig con la piel quemada, que siento que quedaría perfecto para el fic (porque si no se acuerdan él sufrió quemaduras al salir de su casa cuando era chiquito), pero lo perdí :(

En fin, feliz día de la independencia lOCOOOOOOOO, lo voy a poner en todo lo que actualice hoy

Coronel KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora