→ 13: beso.

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La noche había llegado con rapidez, y con ella había regresado la ansiedad de König.

No sabía por qué mierda se sentía tan nervioso, pero lo estaba. Parecía un jodido adolescente que no podía golpear la puerta de la chica que le gustaba.

Bufó y golpeó la puerta de aquel dormitorio compartido, bajando la mirada para poder ver a la muchacha que abrió la puerta.

— Hola, Coronel. — murmuró una pelinegra que no conocía, mirando cómplice a sus espaldas. — ¿Puede esperar un minuto? ________ todavía no termina.

König asintió sin mediar más palabras y se recargó en la pared. Era perfecto, tendría más tiempo para pensar y enloquecer.

Bajó la mirada y miró su propia ropa. Sus usuales pantalones beige y una camiseta negra, con su usual chaqueta negra que lo ayudaba a cubrir sus brazos. Se maldecía internamente por no tener amigos con los que poder dialogar y preguntarles si estaba bien.
Quería verse bien para ella, quería ser atractivo para ella incluso con su máscara puesta.

Cuando la puerta se abrió levantó la mirada y tragó grueso al ver a la muchacha frente a él.
Se veía hermosa, realmente preciosa. Tenía una blusa negra y una falda de jean.

— ________... — susurró en un tartamudeo, y la muchacha sonrió.

— Hola, König. Lamento la demora, las chicas quisieron vestirme, dijeron que tenía que verme bien si planeaba salir contigo.

El Coronel sonrió apenado por debajo de la máscara y ella pudo notarlo al instante.

— Te ves bien... — murmuró por lo bajo y ella sonrió alegre.

— Gracias, ¿vamos?

König asintió y comenzó a caminar, con ella justo a su lado siguiendo sus pasos.
Acomodó su garganta antes de volver a hablar.

— No te ves solo bien. — murmuró. — Te ves muy bien. Linda.

König sonrió debajo de la máscara cuando las mejillas de la muchacha enrojecieron.

— Dios, König... — murmuró avergonzada. — Muchas gracias... tú también te ves muy bien.

— Me veo como siempre.

— Pues siempre te ves bien para mí. — dijo, sin saber que aquello era justo lo que él necesitaba escuchar.

Mordió su labio y la miró.

— Hay algo que quiero decirte esta noche.

— Que casualidad... También quiero decirte algo...

— Entonces hablaremos juntos. — dijo con una sonrisa, mirando al alto muchacho. — ¿A dónde iremos?

— Tenía pensado llevarte a un lugar especial está noche y comer algo allí... Espero que no te moleste, pero ya compré la comida, solo tenemos que ir.

— Claro que no me molesta, König. Me encanta todo si es contigo.

Su pecho se aceleró.

Definitivamente le gustaba mucho _________.


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Cuando König apagó el motor la muchacha miró asombrada aquel lugar.
Podía ver toda la ciudad siendo alumbrada por aquellas bonitas luces, y justo frente a ellos la inmensidad de las estrellas.

— Es realmente hermoso, König... — murmuró, bajando ma ventanilla del coche para poder observar mejor, ignorando los sonidos que escuchaba a su costado. — ¿Cómo encontraste este lugar?

König suspiró.

— Durante mucho tiempo salía a caminar solo en las noches, y terminé encontrando este como el punto más hermoso de toda la ciudad. Me gustaba venir aquí solo, pero creo que desde que te conocí ya no puedo concebir la idea de venir aquí sin tí...

La muchacha se giró emocionada. Estaba a punto de decirle que sus palabras eran hermosas y conmovedoras, pero su boca se cerró de la sorpresa.

König se había quitado aquella capucha que siempre había usado desde que lo había conocido.

Era... Ciertamente una belleza. Las palabras se habían atorado en su garganta y la mirada apenada de König se desvió hacia un costado.

— Siento si no soy lo que esperabas, pero quería mostrarte mí rostro... Es como realmente dejar que me conozcas por completo. Quiero que me conozcas y conocerte por cumpleto... Yo...

— Eres hermoso, König... — suspiró, interrumpiendo las palabras.

Sus ojos viajaron por todo el rostro del hombre. Sus ojos grandes se complementaban con una nariz prominente y unos labios algo delgados.
Su cabello castaño era corto pero no tanto como era usual en la milicia.

Era Malditamente lindo.

Su mano instintivamente subió despacio, y los ojos del Coronel se centraron en ella. Su mano la tomó por su muñeca y detuvo la trayectoria que estaba tomando.

Ambos se miraron, y entonces König aflojó aquel límite que había colocado sin intención, y entonces su mano hizo contacto con la piel algo agrietada de su rostro.

Sus ojos se cerraron y su cabeza se inclinó hacia el toque de la mujer.
König la necesitaba tanto...

— König... — susurró, perdida en aquellas facciones.

— ¿Si? — dijo igual de bajito.

— Me gustas...

Sus ojos se abrieron y los conecto otra vez con los bonitos ojos de la muchacha.

— También me gustas... Eso quería decirte esta noche... — dijo algo avergonzado y ella sonrió enternecida. Sin aquella molesta tela  podía ver cómo sus mejillas se sonrojaban.

— Eres bonito. — dijo con una pequeña risita. — Pero no solo hablo de tu físico. Eres realmente una persona hermosa, y cada aspecto de tí me ha cautivado.

— Linda... — suspiró, acariciando con cuidado el cabello de la muchacha. Cuando ella comenzó a acercarse despacio König sintió algo de nervios. — Y-Yo... Yo nunca...

— Tampoco yo. — susurró enternecida, y entonces König ya no sintió la necesidad de retenerse más.

Sus labios se unieron en un dulce contacto inciado por el coronel, y la muchacha sintió la necesidad de undirse en aquel cariño tan profundo.

Y König descubrió que, muy probablemente, se volvería adicto a esa muchacha.

Cuando el contacto se rompió el muchacho respiró agitado y sonrió.

— Entonces... ¿ésta puede ser nuestra primera cita?

— Por supuesto. — dijo divertida, limpiando con su dedo el poco labial que le había transferido.

— Eres tan linda que creo que quiero besarte otra vez... — dijo avergonzada y ella rió un poquito.

— Te ves tan bonito cuando dices esas cosas, tus mejillas se ponen rojas... — susurró. — Y König... Puedes besarme todas las veces que quieras.

— ¿Segura? — preguntó y ella asintió divertida.

— Claro que estoy segura, tonto.

— Oye... — susurró, atrayendo a la muchacha otra vez a él. — Si me insultas voy a tener que besarte.

— Oh... Eres un completo tonto.

Y entonces ambos volvieron a unir sus labios con una sonrisa.










Próximo capitulo con la cita jijiji

Perdón por tardar, estoy en un limbo entre deprimida y estresada, así que por ahí ando

Besitos <3

Coronel KönigDonde viven las historias. Descúbrelo ahora