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Habían decidido ir a un bar a tomar un par de tragos e intentar conocerse mejor, realmente Carlos estaba empezando a sentir algo más que una amistad por TK, verle sonreír mientras llevaba el vaso de refresco a su boca estaba aumentando sus ganas por besarle, en cuanto a bebidas, tenía bastante claro que el ojiverde no quería volver a recaer, a si que él también pidió un refresco.

—Voy al baño—Aclaró TK haciendo una leve sonrisita, el moreno asintió mientras veía al Castaño desaparecer entre la gente, bajando su mirada "accidentalmente" a su trasero, sintiéndose muy agradecido por tener eso en su cama y a la vez amenazado por la cantidad de miradas de deseo que el ojiverde recibía, de mujeres y hombres que no despegaban la vista de TK.

...

Después de hacer sus necesidades, comenzó a la lavarse las manos en aquel lavabo, ese baño estaba lleno de grafitis, gente borracha y... Drogas, oler ese escrupuloso olor le estaba volviendo loco y empezó a tener tics nervioso, quería salir de ahí corriendo pero escuchó una voz ruda tras de él.

—¿Has venido solo?—Se dió la vuelta mientras jugaba con sus manos, vió a un señor de más o menos de su misma edad, con un cabello negro alocado, una leve barba y un olor a cerveza que le estaba aturdiendo, bajó su mirada al suelo—Te he preguntado algo, lindo.

—P-pues... He venido con un... Amigo—Iba a seguir su camino pero el hombre le puso su mano en el pecho, dándole un leve empujón hacia atrás.

No entendía el porqué pero el olor a alcohol y ese hombre que apenas podía mantenerse de pie, le hacía sentir amenazado y débil, esa palabra que tanto le repetían en su adolescencia, lo que le hizo replantearse nuevamente su papel de paramédico, dió dos pasos hacía atrás, buscando entre las personas alguien que podría ayudarle, pero todos eran borrachos.

—¿Y dónde está tu amiguito?

—Estará esperándome, debo irme—Volvió a intentar marcharse pero el hombre marcó resistencia con una clínica sonrisa—Me esperan, debo volv-

—He dicho que no, lindo, creo que deberíamos divertirnos un rato—Empujó a TK contra la pared, haciendo un fuerte agarre en su brazo, causando que esté ladeara la cabeza hacía al lado, un tanto asqueado por su aliento a cerveza.

Por mucho que TK intentara empujarle y negarse, su fuerza no era suficiente, cuándo el miedo le consumía por completo, su fuerza se reducía, necesitaba a Carlos más que nunca, pero gritar ahí no le serviría de nada.

—Mi amigo es p-policía—Susurró y se enderezó al notar el tacto de los ásperos dedos del hombre sobre su mentón y luego por su cuello y fue bajando sin hacerle caso a los ruegos de TK de que parase.

No se sintió cómodo, era una sensación horrorosa que le invadía el cuerpo y le daba arcadas, y mucho más cuando notó las manos sobre su abdomen.

—¡Suéltame!—En un impulso golpeó la mejilla del hombre con la mano abierta y aprovechó para salir de su agarre, empujando a la gente, intentando buscar a Carlos entre ellos, pero no había rastro del moreno.

¿Dónde estaba Carlos?

Sintió que se le iba el aire del cuerpo, sus manos comenzaron a temblar y tuvo que apoyarse en la pared más cercana para continuar buscando a Carlos, ese maldito olor le estaba intoxicando, dándose cuenta que no fue buena idea ir a un maldito bar, por más que susurrara el nombre de Carlos, nadie parecía escucharle, sus ojos luchaban por mantenerse abiertos.

Y su cuerpo aún recordaba esas asquerosas manos sobre él.

Carlos

Era lo único en lo que pensaba, le necesitaba, intentó caminando entre los empujones de la gente, hasta que por fin lo vió a lo lejos, apoyado sobre una pared, con una mirada fría y sin muestra de sentimientos pero eso cambió cuando se percató de que TK estaba a pocos metros de él.

¡Alerta Carlos! •Tarlos•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora