Morir

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Con todo lo antes dicho,
nacemos llorando,
conocemos para amarnos (entre todos),
y acabamos odiándonos sólo para dañarnos. 

¿Qué más debemos aprender?

Tuve la dicha—la suerte—de conocer a alguien muy especial,
de vivir por algunos años a su lado.

Antes de nacer, no conocía el sentimiento de amar y de llorar.
Antes de llorar, no conocía el dolor y la felicidad.
Antes de ver, no sabía quién era yo, a quién debía amar.
Antes de amar, no sabía que me rompería en miles de pedazos.

Le conocí y no debo decir su nombre.
Le sonreí y no puedo olvidar su nombre.
Sentí que caí en un maremoto de sentimientos.
No sabía qué hacer, mi respiración se detenía poco a poco.

Mi mente se llenaba de pensamientos,
mi cuerpo me pedía ayuda y yo le pedía ayuda a mi cuerpo;
mutuamente nos ayudábamos a escapar,
de algo que nunca debimos haber conocido.
Muchos la llaman «la Soledad»,
pero yo la conozco como «la Muerte»,
aquello que te sigue sin parar,
pero que no puedes escapar.

De un momento a otro, tenía a mi amada en mis manos,
fue tan rápido que perdió la vida—fue como una estrella fugaz.

Cayo en mis brazos, una alma perdida,
que no tenía la culpa de nada, ni de perder la vida.

Frente a mis ojos vi la vida pasar, todo se detenía,
mi respiración parecía fallar,
y mi corazón dejaba de reaccionar.

Quizá fue culpa mía por llorar,
porque sentía miles de emociones,
emociones complejas de explicar. 

Estábamos en un limbo o algo parecido,
escuchaba una voz, algo extraña,
diciendo que estábamos muertos;
no me lo podía creer, así que busqué una salida,
tonto de mí, porque no encontré ni una hormiga.

Despertamos en un lugar algo lejano,
sabíamos que esto no era la realidad,
deseábamos regresar a la vida (a la normalidad).

La Muerte me miró,
se puso feliz porque por fin me tenía a su lado,
aunque yo la miraba y no la entendía.
Poco a poco me di cuenta de la realidad,
aún—yo—tenía que escapar.

Le hablé a la Muerte,
para que me diera la suerte de nacer;
la Muerte sólo me miraba,
y yo no sabía qué hacer.

Sostenía una vida en mis manos,
sostenía aquella chica que formó parte de mi vida.

«Muerte, Muerte, necesito de ti, he tenido una vida y ahora soy infeliz», le dije.

No sé por qué, pero recordaba haber nacido, pero no haber sido feliz;
recordaba haberme enamorado, y haber llorado maremotos;
recordaba haber muerto, y haber sollozado;
pero no me acordaba de haber conocido a la Muerte.

«¿De qué quieres escapar?», me dijo la Muerte. «Conmigo lo tendrás todo»,
y no supe que decirle porque la Muerte tenía la razón,
la Muerte era todo para mí (o yo para ella).

«Es que, sólo vine para recuperar la vida de mi amada», le dije,
y la Muerte no pudo decirme nada.
«Entonces, [Me dice la Muerte algo triste] ¿eso significa que te perderé?»,
y no pude decirle nada a la Muerte, eso me hizo pensar mucho:
¿En realidad amaba a mi amada o amaba a la Muerte?

«Muerte, me quedaré con usted, [Le dije] si deja que mi amada viva otra vez»,
y la Muerte miró a mis manos,
me miró a los ojos y aceptó el acuerdo.

Por lo cual dejé ir a mi amada y le dije: «Amada mía, no me olvides»,
y la Muerte dejó escapar unas lagrimas—fue raro, porque no tiene vida, o eso pensaba—y mi amada se marchó, porque aún no era su tiempo de morir.

«Entonces, ella murió por cáncer», me susurra la Muerte.
«Sí, aún no era su tiempo», le dije.
«Pero tú diste tu vida, tu tiempo», me dice.
«El tiempo no se elige, no es tiempo de nadie», le susurro rápidamente.
«Entonces, ¿a qué se debe tu muerte?», me vuelve a susurrar la Muerte.
«¿No es obvio?», le pregunto, mientras la miro.
«¿Por amor? Eres muy ingenuo por beber veneno», me susurra.
«¿Yo, ser ingenuo? Yo soy ingenuo y, vos—Muerte—eres como yo», le dije con una sonrisa.
«Ahora vives—sin vida—a mi lado, ¿eso te hace sentir bien?», me susurra la Muerte.
«Me hace sentir mejor», le dije y nos miramos.
«Entonces, te encantada estoy», me susurra la Muerte.

La Muerte es muy tierna para este pobre corazón roto en pedazos.
Me quedé en silencio, la Muerte sólo me abrazó y yo le correspondí. 

Es Lindo, ¿Verdad?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora