Cayden & Viktoria.

3.1K 418 26
                                    

Cayden.

Sevilla.

Después de tanto tiempo resolviendo problemas que no eran míos, más bien del desgraciado de padre biológico que tuve, podía sentirme extremadamente orgulloso de los cambios que junto a mi esposa y consejera habíamos establecido en La Garduña, nuestra mafia.
La organización sevillana tenía muchos cambios, nuevos aliados y más personas que pertenecían a mi clan, mafia que heredé como karma, pero después de todo me la puse al hombro para modificar muchas cosas. Años atrás dije que en el momento que Emilia esté muerta iba a dar mi paso al costado, dejar todo para volver a ser personas normales y criar a nuestros hijos fuera de la mafia, sin embargo acá seguimos siendo más poderosos de lo que imaginabamos.

Creo que encontré mucho sentido a mi vida, teniendo poder, contactos y dinero todo se hacía más fácil. Aunque mi esposa le gustaba tomar algunas guardias en el hospital de psiquiatría, mostrando lo excelente que es en su trabajo, eso si tenía prohibido enamorar a un paciente, yo solo podía ser la excepción a su regla, una simple broma que solo nosotros dos entendemos.

— ¡Papá! — escucho el grito de Minerva me hace sacar la atención de mis papeles.

Ella toda molesta ingresa a mi despacho y se cruza de brazos delante mío con una letal mirada que me hace recordar a la de su madre cuando se enoja conmigo.

— ¿Qué sucede, cariño?

— Pienso regalar a Felipe, tal vez mi padrino lo quiere comprar o tío Iggy, tal vez abandonarlo en el parque o mandarlo con la cigüeña que lo trajo — dice totalmente enojada con su hermano.

Por el momento soy padre de dos niños, Minerva de seis años y Felipe de casi tres años de edad, tal vez en unos meses podría volver a agrandarse la familia, solo que eso dependía de la prueba de embarazo que Viktoria se estaba realizando en nuestra habitación.

— ¿Otro opción para tu hermano? — inquiero.

— No no hay opciones, es un insoportable arruina juguetes — se queja bufando.

— No podemos regalarlo, tu mamá lo quiere mucho y yo también. ¿Te gustaría que te regalemos a otra familia?

Ella frunce su ceño y chasquea la lengua molesta. — No podrían vivir sin mi — declara caminando en dirección a la salida de mi despacho.

Que difícil es ser padre.

Asi como Minerva sale, detrás ingresa Felipe corriendo, salta por los sillones antes de llegar a donde estoy y se sube a mi pierna mirandome a los ojos.

Debo confesar que es una mini copia mía.

— ¡Papi! ¡Papi! — grita de forma eufórica.

— ¿Qué sucede, hijo? — pregunto acomodando su revoltoso cabello.

— Llama a mi abuelito — me pide haciendo un mohin.

Miro la hora en mi celular viendo que si es una hora correcta para llamar a mi padre y con solo marcar la videollamada, segundos tarda en atendernos.

— ¡Abuelito! — chilla Felipe.

— Hola papá — saludo viendo que lleva uno de los cascos de protección, por ende está trabajando todavia.

Hola Feli y Cay, déjenme salir unos minutos y hablamos — nos dice mientras se empieza a mover lejos de donde debe estar controlando la construcción de una nueva casa.

— ¿Qué está haciendo, papi? — pregunta mi hijo.

— Está trabajando en una nueva casa.

Si junto con tío Julian — le cuenta justo mostrando a mi hermano.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 01, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Extras SAP.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora