Enredaderas| Peter Parker UCM

Duvet.

«June...»

El nombre de la chica que charló con SpiderMan aquella noche, ahora se situaba en el buscador del computador de Peter, esté ahora se encontraba profundamente dormido, con la cabeza colgando sobre su silla y a causa de su mala posición él roncaba reflejándose el cansancio que el arácnido tenía después de un largo día patrullando en las calles de Quenns.

A diferencia de otros días, últimamente al llegar a casa le dedicaba horas al ordenador en busca de la chica con la que charlo aquella noche, pero su búsqueda se vió imposibilitada al solo conocer su nombre, que siempre terminaba sin resultados. Él creía que todos los adolescentes tenían redes sociales, pero tenía la hipótesis de que June no las tenía.

Dada la casualidad de que a unos cuantos edificios de distancia la misma chica se encontraba sentada sobre la escalera de emergencias de su edificio mirando las iluminadas calles de Quenns. Por lo regular, a veces fumaba como acostumbraba solo que en esta ocasión se habían terminado sus cigarros, así que para poder calmar sus nervios, solamente se mantenía escuchando música.

Ya era una costumbre para June pasar la mayoría de noches en aquellas escaleras, puesto que disfrutaba la tranquilidad que le trasmitía ese lugar, más aparte la vista que le brindaba de la cuidad, que sí, no era la gran cosa, pero con eso estaba conforme. Al igual que era gran escondite para poder fumar sin que su abuela se diera cuenta.

Su mirada se volvió a las estrellas, suspirando con aburrimiento, a veces me daba la sensación de que su vida era bastante monótona, que no veía el propósito de su existencia, claro aún tiene a su abuela con la que vivía, pero para June eso no era suficiente. Últimamente las clases le parecían aburridas, las prácticas con el grupo de los Mate-Atletas se hacían más lentas y Las tardes en casa eran una tortura de nunca acabar.

Sin embargo, algo interesante le ocurrió está semana, había conocido aún superhéroe en su debut y aunque solo fue una noche hizo sentir su vida menos aburrida que otros días.

—¡June!— Su abuela hizo sobresaltar a June con su llamado. —¡June!.—

—Ya voy, ya voy.— Murmuro levantándose de la superficie de metal viejo para después entrar a su habitación por la ventana.

Al entrar percibió otra voz aparte de la de su abuela, curiosa atravesó la habitación hasta llegar al marco de la puerta dispuesta a escuchar la conversación.

—¡June, tu padre está aquí!.— Sin embargo no fue necesario descubrir esa duda puesto su abuela lo anunció haciendo que June hiciera un gesto de desagradó.

—¡Iré en un momento!— June gritó pretendiendo estar ocupada, no tenía ganas de ver a su padre, bueno jamás las tenía, así que se quedó tras el marco para escuchar la conversación.

—¿Que será tan importante que no viene?.— Escuchó cuestionarse su abuela.

—Tranquila madre, seguro y está haciendo los deberes.— La voz de su padre se hizo presente, que a pesar de escucharlo perfectamente bien June se arriesgo a acercarse un poquito más por las sombras del pasillo.

—June, han cambiado mucho. Ya no es la niña sonriente de antes.— Dijo su abuela haciendo sentir a June como una completa desconocida.
—Ahora se la pasa encerrada, solo sale de su habitación en las mañanas y a la hora de comer. Tienes que hacer algo, John. La otra noche estoy segura que la escuché hablar con un muchacho.

—¿Un muchacho?— Rió su padre. June solo se limitó a ruborizarse, jamás pensó que la había escuchado hablar con Spider-Man.
—Dudo que June sea capaz de meter a alguien, mucho menos a un muchacho. Recuerdo el asco que le daba darle la simple mano a un compañero.— June dejo escapar inconscientemente una ligera sonrisa nostálgica al igual que su padre.