Me miré al espejo por segunda vez esperando que nada estuviera fuera de lugar. Hacia calor así que un vestido corto veraniego era lo que llevaba puesto, algo sencillo y bonito.
El celular vibró, no tuve que mirarlo para saber que ya Kaeya me estaba esperando abajo en su auto. Media hora después ya estabamos caminando juntos, de la mano, hacia el cine, nuestra primera parada.
-Aún queda tiempo hasta la película ¿quieres comer algo mientras?- preguntó Kaeya entrelazando sus dedos con los mios.
Me sentía un poco nerviosa y avergonzada, definitivamente ponerle el contexto de cita lo hacía todo diferente.
-Un helado ¿tal vez?
-¿Segura?
-Si, vamos.
Gracias a dios que había una heladería cercana, había bastante cola por lo que tuvimos que esperar pero no se hizo aburrido debido a que Kaeya siempre tenía un tema de conversación.
-Uh, espera.- me detuvo una vez salimos del local y comenzamos a degustar nuestros helados.- Está derritiendose.
-No me había dado cuenta.
Sin previo aviso Kaeya tomó la mano que se había ensuciado y lamió el helado que había chorreado. Su lengua hizo cosquillas entre mis dedos y no pude evitar ponerme nerviosa.
-Ese sabor es bueno ¿cuál es?
-Solo es... vainilla.- susurré sin dejar de mirarlo.
Luego de disfrutar de los helados finalmente era hora de ir al cine. Pensaba que iba a ser un momento tranquilo, donde disfrutariamos de la película en silencio pero no podía estar más equivocada.
Nos sentamos en una esquina de la sala, bien atrás. En un principio lo cuestioné ya que así no podriamos ver bien la película pero según Kaeya era su lugar favorito.
A mitad de la película pude sentir su tacto frio en mi pierna desnuda provocando que me sobresaltara.
-¿Que estás haciendo?- le pregunté en un susurró desesperado.
-Shhh...- susurró de vuelta.
-Kaeya, sabes que soy sensible. Detente.
Intenté apartar su mano pero el agarre se volvió firme, tuve que dejarlo ser.
Él no se detuvo ahí. Sus dedos fueron escalando hasta subir ligeramente la falda de mi vestido. Miré de reojo a Kaeya, debido a que quería disimular, y este estaba simplemente mirando al frente, como si nada estuviera pasando.
Me mantuvo nerviosa por el resto de la película pero no hizo nada más que acariciar ascendentemente mi pierna. Si esto era una cita de prueba estaba siendo... fuera de lo normal.
-Ahora vamos al karaoke ¿no te entraron ganas de cantar un poco?
Honestamente, no tenía caso que regañara a Kaeya en esos momentos, seguramente seguiría haciendo lo que quisiera. Además, el tenía una bonita sonrisa, no quería arruinarsela.
-Bien, allí podemos comer, aunque no sea una cena como tal.- sonreí.
Increíblemente las cosas se pusieron aún mas raras entre nosotros una vez la puerta de la sala del karaoke se cerró a mis espaldas. Todo comenzó bien: cantamos, bailamos un poco, reímos, comimos... pero luego todo se volvió íntimo, mas íntimo de lo que esperaba.
-¿Lo estás disfrutando?- Kaeya se tomó un descanso de cantar para sentarse a mi lado.- La cita, quiero decir.
-Claro, la estoy pasando bien.
-Eso es bueno, pero sabes... aún no nos hemos besado.
-¿Qué no qué?- parpadeé confundida.
-En una cita tiene que haber un beso mínimo ¿no?
En ese momento no lo había notado pero Kaeya me estaba acorralando poco a poco sobre el sofá. Su rostro se estaba acercando al mío de manera peligrosa.
-No creo que sea buena idea, nosotros...
-Ya es demasiado tarde ____.- sonrió.
Mi cuerpo se estremeció cuando nuestros labios se encontraron.
-Abre la boca, respira por la nariz.- habló contra mis labios y, en automático, le hice caso.
Su lengua se enredó con la mia segundos después provocando que soltara pequeños suspiros. Sus labios me estaban volviendo loca, aunque sabía que no deberiamos estar haciendo esto no podía detenerme por mi cuenta.
El peliazul no se detuvo solo en besarme, sus manos viajaron desde mis mejillas y bajando por mis costados suavemente hasta mis caderas, terminando asi de recostarme sobre el sofá. De alguna manera se coló entre mis piernas y me dejé llevar.
Abracé su espalda y mis piernas rodearon su cintura, ya no quedaba espacio alguno entre nuestros cuerpos. Solté un jadeo cuando abandonó mis labios para besar mi cuello, mordió en esa zona justo cuando menos lo esperaba.
-Ouch ¡eso duele!
Kaeya me dedicó una sonrisa felina antes de intentar volver a lo que estabamos haciendo pero lo detuve.
-Detengamonos aquí.- puse una mano en sus labios, deteniendolo.- No deberías hacer esto con la chica que te gusta en la primera cita, ni siquiera deberíamos hacerlo nosotros...
Kaeya suspiró y me dio mi espacio, pasó una mano por su cabello, arreglandolo rápidamente antes de volver si mirada a mi. Como pude acomodé mi vestido, se había arrugado casi por completo debido a la sesión de besos.
-De verdad eres tonta.- sonrió triste.- ¿Como no te puedes dar cuenta de que la chica que me gusta eres tú?
-¿Yo?- abrí los ojos con sorpresa. Siempre pensé que Kaeya era así de cariñoso porque eramos buenos amigos, jamás se me pasó por la cabeza que yo le gustara.- Pero... dijiste que sería una cita de prueba...
-Fuiste tú quien sacó esa conclusión. Yo simplemente dije que me gustaba una chica y sacaste tus propias conclusiones.
-Oh, dios...
Ahora estaba más avergonzada que nunca porque me había dado cuenta de lo que habíamos estado haciendo todo este tiempo. La razón era llana y simple, no es que no estuviera interesado en chicas, simplemente era yo quien le gustaba.
-No tienes que responder ahora ni decirme nada si no quieres, intentemoslo primero.- acarició mi mejilla.- Intentemoslo primero, sé mía ____.
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Closer [Kaeya x Lectora]
FanfictionEra increible como un par de palabras podían volver tu mundo del revés. "Eres tan tonta..." A pesar de que Kaeya siempre estuvo a tu lado jamás imaginaste todo lo que había escondido durante años. "No necesito una novia cuando te tengo a ti." Y aún...