Uno

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Suspiraste cansada, la universidad era realmente estresante. Estar de prueba en prueba, de trabajo en trabajo... nunca terminabas de acostumbrarte a pesar de llevar ya dos años. Lo bueno es que podías despejar la cabeza de vez en cuando gracias a tus amigas, las cuales siempre iban de una locura en otra.

-¡____!- un chico con una voz juguetona que conocías perfectamente te llamó desde la distancia.

Sabías perfectamente quien era y por consecuencia sonreiste incluso antes de darte la vuelta. Al hacerlo Kaeya se abalanzó sobre ti en un abrazo. Él era más alto que tú así que aprovechando esto, y su fuerza, te cargó en brazos, dandote vueltas.

-¡Ya basta! ¡Bajame!- te quejaste entre risas.

-Vale, vale, es solo que te extrañé todo el día.- se quejó haciendo un suave puchero.- No me gusta tener que ir a una universidad distinta a la tuya.

-Deja de lloriquear, has estado pegado a mi desde que recuerdo. ¿Como no te cansas?

-Jamás me cansaré de estar contigo.- te abrazó de nuevo y frotó su mejilla contra la tuya en un acto cariñoso.

-Oh, ya llegó el perrito.- bromeó Dehya apareciendo de repente.

-No le digas así.- la regañé.

-Hola.- la saludó Kaeya con una sonrisa y automaticamente regresó toda su atencion a mi.- Hey ____, ¿ya terminaste las clases? ¿Que tal si vamos a tomar algo antes de regresar a casa?

-Vale, no parece una mala idea.

Kaeya sonrió ampliamente en respuesta y tomó mi mano para comenzar a tirar de mi en dirección a la salida. De tantas veces que había venido a buscarme ya se sabía mi horario y cada pasillo de mi universidad.

-Recuerda lo que hablamos ____.- Dehya gritó desde atrás mientras se despedía.

Ambos continuamos caminando hasta la salida, donde ya estaba aparcado su auto esperando por mi. Kaeya abrió la puerta del copiloto para mi, como todo un caballero, y en cuanto me puse el cinturón arrancó en dirección a nuestra cafetería favorita.

-¿De que hablaban antes de que llegara? Ya sabes, lo que mencionó tu amiga antes de irnos.

-Oh, eso. Es solo una reunión con chicos de otra universidad, planean ir al karaoke y beber.- me puse pensativa.- Parece divertido así que iré.

-Suena bien.- su tono de voz cambió a uno ligeramente más grave.- ¿Puedo ir yo también?

-No conoces a nadie allí ¿porqué querrias ir?

-Es solo que me preocupo por ti. Tienes baja tolerancia al alcohol.- rió suavemente.- La última vez que bebimos juntos te emborrachaste con dos latas de cerveza y empezaste a decir tonterías.

Hice una mueca, era cierto que no tenía mucha tolerancia pero aún así...

-Por cierto, hace unos dias me encontré con unos compañeros tuyos de la universidad.- me crucé de brazos para lo que estaba a punto de decir.- Reconocieron mi rostro porque lo tienes de fondo de pantalla en tu celular ¡¿por qué tienes una foto mia de fondo?!

-¿Acaso no puedo?

-¡Pon una foto de tu novia mejor! ¡Consiguete una!- comencé a golpearlo ligeramente en el hombro.

-Pero no quiero ninguna novia.- rió intentando cubrirse de mis golpes.- No necesito una novia cuando te tengo a ti.

Entrecerré los ojos, no había forma de que entendiera que estar pegado a mi todo el tiempo no le hacía nada bueno. Siempre había sido asi, y el término "perrito faldero" no le venía nada mal.

Desde la secundaria, que fue cuando lo conocí, me ha puesto por encima de los demás. Ha rechazado a las chicas solo por estar a mi lado y yo, sintiendome mal por ello, no puedo hacer otra cosa que ser recíproca con él en lo que pueda.

La verdad es que puede que sea un poco mi culpa, después de todo fui la única persona que lo apoyó cuando perdió a sus padres y sus parientes lo aborrecían. Solo me tenía a mi.

"Solo céntrate en mi"

Fueron las palabras que le dije intentando que se distrayera de sus tristezas, intentaba hacerlo feliz.

Closer [Kaeya x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora