Seis

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-Candace me dijo que el fin de semana los vio en una cita ¿por fin comenzaron a salir?- preguntó Dehya con una mirada una sonrisa pícara.

-¿Salir con quien?- me hice la tonta.

-Tú y Kaeya por supuesto ¿de quien más estaria hablando?- se rió.- Dice que los vio tomados de la mano, a punto de besarse.

-Es normal que nos tomemos de las manos pero ¿besarnos? Debería ir al oculista.

-¿En serio? Y yo que me había ilusionado con verlos finalmente juntos...- suspiró.

En ese momento no sé porque mentí, supongo que por los nervios o algo parecido. Lo negué y luego me sentí fatal.

Sin embargo nosotros no estabamos saliendo normalmente, simplemente estabamos probando asi que no debería sentirme culpable ¿o si?

Cuando le conté a Kaeya lo que me habian dicho en la universidad y la manera en que lo negué todo planeaba que nos rieramos y ya pero su rostro serio hizo que mi sonrisa se desvaneciera.

-¿Por qué negaste que estabamos saliendo?

-Es que nosotros...

-¿Te averguenzas de mi? ¿De haber tenido una cita con tu perrito faldero? ¿De besarme?

-Kaeya no lo digas así, yo solo-

-¿Acaso no me estás tomando en serio? Porque yo si lo estoy haciendo.

-Déjame explicarte.

Kaeya dejó de mirarme, intenté explicarle pero ya no quería escuchar nada más de mi, lo habia dejado más que claro. Estaba dolido y no soportaba verlo así.

-Terminemos con esto.- finalmente habló.- Dejémoslo ya.

-¿Que quieres decir?

-Hablo de todo ____.

-¿Al menos... podremos volver a como eramos antes?- mordí mi labio inferior, a pesar de todo esperaba que me perdonara y me volviera a sonreir.

Yo sabia la respuesta a eso pero tenía un mínimo de esperanza.

-No lo creo. Jamás podré verte como antes ni creo poder mantener mis manos alejadas de ti.- desvió la mirada.- Luego de probar el paraíso no creo que pueda tener salvación.

Ni siquiera me dio tiempo de responder. Salió de mi habitacion, donde nos reuniamos siempre, en dirección a la salida.

Los días después de ello se volvieron aburridos y vacíos. Kaeya dejó de ir a buscarme a pesar de que lo esperé, dejó mandarme un mensaje de buenas noches antes de dormir, dejó de llamarme en las tardes para ir a comer algo. Incluso una vez que nos encontramos por la calle, cuando estaba con unos amigos, me ignoró por completo.

Era como si no hubieramos sido amigos, como si no fueramos nada.

Siendo sincera extrañaba sus bromas, extrañaba su sonrisa, lo extrañaba a él. Es increíble luego de todo como no había sabido valorar esos momentos.

Él siempre había estado a mi lado así que nunca había notado el espacio tan grande que ocupaba en mi vida.

En esos dias que estuve sola no pude evitar recordar como me besaba, con tanta pasión, con ese cariño. Venían a mi mente una y otra vez esos momentos en los que cerrabamos la puerta con llave y nos sumergiamos en la sensación de nuestros labios, incluso cuando ibamos un poco más allá y nos tocabamos mutuamente, nunca yendo más allá de eso.

Tarde me di cuenta de que Kaeya me gustaba.

Tal vez no con la intensidad que él tiene por mi pero definitivamente era lo que sentía, no estaba confundida de ninguna manera.

Por eso me armé de valor y fui a su apartamento luego de clases, no me respondía las llamadas ni los mensajes así que era lo único que podia hacer en esos momentos.

El rostro de Kaeya mostró asombro al verme de pie en su puerta, seguramente no se esperaba que fuera, rara vez iba a su apartamento.

-¿Qué haces aquí? Pensé que estarias en casa ya.

-Es que no contestabas mis llamadas y tenía que venir a hablar contigo.

-Si es para pedirme que volvamos a ser amigos ya te dije que-

-¡No es eso!- grité y luego me di cuenta de lo que había hecho.- Lo siento, no quería gritar así.

Finalmente Kaeya me prestó atención, estaba listo para lo que sea que fuera a decir.

-Me... gustas.- lo dejé salir.- Y no como amigo, me di cuenta de que realmente me gustas.

-¿Que clase de broma es esta?- rió, pero era una risa falsa.

-No, en serio me gustas. No he dejado de pensar en ti estos días y definitivamente no es lo mismo si tú no estás.

-Estás confundida, es normal después de todo lo que hemos hecho.

Al parecer no iba a creerme de ninguna forma así que me puse de puntillas y lo besé. Él intentó detenerme pero sostuve su nuca obligandolo a quedarse en su lugar.

-Me haces falta...

Las lágrimas amenazaban con desbordarse y no era normal que llorara, asi fue como se dio cuenta de que mis sentimientos eran reales.

-Si quieres otra prueba... e-entonces tócame.- desvié la mirada, me daba demasiada verguenza lo que sabía que iba a pasar después.- Lleguemos hasta el final, quiero que lo hagas.

-¿Estás segura de lo que dices?

Asentí con las mejillas ligeramemte sonrosadas.

-Entonces prepárate.- me sorprendió cuando me tomó de las caderas para acercarme más a su cuerpo, obligándome a sostenerme de sus hombros.- Porque una vez te haga mia ya no vas a poder escapar de mi.

Nuestros labios se unieron con intensidad, Kaeya no me dejaba ni un segundo para respirar y eso me encantaba. La puerta se cerró a mis espaldas y supe que eso era todo, era suya por completo.

Closer [Kaeya x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora