Ivan...
Recorro con mi vista cada nuevo guerrero, cada uno de ellos entrenados bajo mi mando.
-Que los reubiquen en sus nuevas posiciones- ordeno a mi guardia al mando y Delta superior.
-Si Alfa.
No digo nada más y me retiro.
Desde hace un año han ocurrido cierto revuelo por parte de la convivencia entre las criaturas místicas. Varios informes han llegado a mis manos en dónde se apunta a la parte vampira como principal causante, cosa que me hace dudar un poco.
Desde que ocupe el puesto al frente del Reino, nunca se había evidenciado algún tipo de problema con respecto a estas criaturas. Ni siquiera cuando la tempestad azotó hace años, el gobernador Vampiro dió acto de presencia. Siempre han sido criaturas que han respetado el pacto entre los estados del Reino. Por lo que es mejor que llegue al fondo del asunto.
Por otro lado, no es mala idea estar alerta ante cualquier eventualidad que se presente. Es debido a este motivo, que se comenzó a reclutar nuevos soldados, y entrenarlos para poder serle frente a cualquier eventualidad.
Ingreso al interior del castillo y sigo mi camino hasta llegar a mi despacho.
Una mujer del servicio, me intersede antes de que pueda entrar.
-Alfa, la señorita Tropical nuevamente vino solicitando su presencia- mencionó sin levantar la mirada.
-Si vuelve a venir dígale que cualquier asunto que desee tratar conmigo debe esperar a la siguiente junta con los del consejo, como todos los demás.
-Si Alfa- ella asintió.
-Digale al Beta Gael que lo espero en mi despacho.
No espere respuesta, solo ingrese al despacho dirigiéndome a mi lugar. No pasa mucho tiempo hasta que por la puerta de mi despacho, ingresa Gael.
-¿Hiciste lo que te pedí?- pregunté directamente observando los informes mercantiles de los buques principales de comercio del país.
-Deberias saludar primero- dijo tomando asiento en uno de los muebles del lugar.
-Te hice una pregunta.
-Nunca cambias- expreso colocando sus ojos en blanco, haciendo que un gruñido brotará de mi garganta debido a su falta de respeto.
-Sabes que con una sola una palabra mia puedes terminar en uno de los calabozos hasta el fin de tus días- dije observándolo amenazante.
-Mejor cambiemos el tema- contestó haciendo que negara- aquí están los registros de semana. Hasta el momento solo cuatro nuevos vampiros han ingresado a la capital. Tres de ellos por motivos de visita y uno por comercio.
Explica pasandome un sobre con toda la información.
-¿Ya salieron?- pregunté con la mirada puesta en los documentos.
-Uno si, los demás continúan instalados.
-Averigua que familia visitan y que negocios venia a realizar el comerciante. No quiero nada por fuera- expreso cerrando el sobre.
-¿Crees que los rumores son ciertos?- pregunta luego de unos minutos.
Lo observo un momento, antes de colocarme de pie y caminar rumbo a la botella de licor de mi estanteria.
Tomo un vaso y me sirvo un poco.
-Es mejor estar prevenidos- mencioné volviendo a mirar a mi Beta.
Este alzó una ceja y cruzo sus brazos mirándome objetivamente, tratando de descifrar lo que por mi mente pasaba en estos momentos. Pero no menciona nada más, solo asiente y se dirige a la salida. No obstante, la llegada de Greta, mi ama de llaves y jefa del servicio, lo detiene.
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Solo a El
WerewolfTodos los países se regían por el Alfa que los lideraba. Un personaje de fuerza y belleza insuperable, un ser tan sanguinario y cruel que con solo su nombre te hacía temblar y correr. Nadie era capaz de levantar la mirada cuando el pasaba, nadie que...