23 La vida de Muhammad SWS 04

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Waraqa se refería, evidentemente, a la profecía contenida en Deuteronomio 18:18. Cuando las noticias llegaron a Zaid(ra), el liberto del Profeta(sa), que entonces tenía unos treinta años de edad, y a su primo 'Ali, de unos once años, los dos declararon su fe en él. Abu Bakr(ra), un amigo de la infancia, se encontraba fuera de la ciudad. Mientras regresaba, oyó rumores de esta nueva experiencia que el Profeta(sa) había tenido. Le dijeron que su amigo se había vuelto loco, y que decía que los ángeles le traían mensajes de Dios. Abu Bakr(ra) confiaba totalmente en el Profeta(sa). No dudó por un momento de la veracidad de su afirmación; sabía que estaba cuerdo y que era sincero. Llamó a la puerta de su casa y una vez admitido a su presencia le preguntó sobre lo ocurrido. El Profeta(sa), temiendo que Abu Bakr(ra) le malentendiera, empezó una larga explicación. Abu Bakr(ra) le interrumpió, insistiendo en que sólo quería saber si de verdad un ángel de Dios había descendido sobre él para transmitirle un mensaje. El Profeta(sa) de nuevo quiso explicarle el incidente, pero Abu Bakr(ra) respondió que no pedía explicaciones, tan sólo quería saber si había recibido un mensaje de Dios. El Profeta(sa) contestó afirmativamente, y Abu Bakr(ra) declaró inmediatamente su fe, y tras hacerlo, declaró que todo argumento adicional habría restado valor a su fe. Conocía íntimamente al Profeta(sa) desde hacía mucho tiempo y no dudaba de él. Por lo tanto no le hacía falta ninguna explicación para convencerse de su veracidad. Este pequeño grupo de fieles, pues, fueron los primeros creyentes del Islam: una mujer mayor, un niño de once años, un liberto que vivía entre forasteros, un joven amigo y el Santo Profeta(sa). Este fue el grupo que tomó la resolución tácita de extender la luz de Dios por todo el mundo. Cuando el pueblo y sus jefes oyeron todo esto, se rieron, declarando que estas personas habían enloquecido. No les suponían motivo de miedo ni de preocupación. Sin embargo, con el tiempo, la verdad comenzó a manifestarse, y como había dicho el Profeta(sa) Isaías hacía ya mucho tiempo (28:13): precepto tras precepto; precepto tras precepto; línea tras línea; línea tras línea; un poco aquí y un poco allá, empezaron a descender sobre el Profeta(sa).

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