Decisión

721 68 32
                                    

Había llegado, estacionó su coche como siempre, y salió de el con miedo, ya eran las 4:56 pm, su padre seguramente ya había llegado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Había llegado, estacionó su coche como siempre, y salió de el con miedo, ya eran las 4:56 pm, su padre seguramente ya había llegado.

—Sólo entra, maldito cobarde.— se dijo a sí mismo, limpiándose el sudor de la cara.

Tomó su paraguas, y lo abrió, puesto que el sol seguía alto. Ingresó a la casa, y estaba feliz de saber que sería de las últimas veces que lo haría.

—¿Dónde está mi madre?— preguntó a una de las chicas que trabajan en la casa.

—La señora está con el señor en su despacho, me dijeron que cuando llegara fuera directo ahí, Kibutsuji-sama.

—Gracias.— agradeció a la chica, la cual hizo una pequeña reverencia y se retiró, dejándolo solo.

Estaba asustado, era obvio que nada bueno había pasado, ¿para qué lo querían?, además, no miró el auto de Kaori, y Kazuo estaba de viaje, ¿por qué a ellos no los habían mandado llamar?

Caminó con miedo, no le gustaba para nada ese ambiente, preferiría mil veces que su madre estuviera insultándolo.

Una vez estuvo frente al despacho de su padre, dudó unos segundos en entrar, pero al final de cuentas tenía que hacerlo.

Tocó la puerta dos veces, e inmediatamente recibió un cortante "pase". Giró la perilla y como era de esperarse, la puerta se abrió.

Al estar dentro, observó a su madre sentada frente a su padre, quien estaba en su silla detrás de su escritorio, ambos con una expresión que hizo que el estómago de Muzan se revolviera.

—Madre, padre, ¿qué ha pasa-...?

—Sólo cállate y siéntate, tenemos que hablar.— fue interrumpido abruptamente por su padre, quien lo miró con autoridad.

—S‐sí.— respondió con la voz temblorosa.

Cerró la puerta tras de sí, y rápidamente tomó asiento al lado de su madre.

—Escucha, inútil,— los papeles junto con algunos otros artículos salieron volando, fruto del fuerte golpe que su padre había dado en el escritorio —lo que acaba de pasar es serio, y tú lo único que haces es preguntar cosas estúpidas,— lo tomó de la corbata, atrayéndolo hacia él —y encima te atreves a llegar tarde, maldito, ¿qué demonios se supone que hacías?, ¿eh?

—No... no hacía nada,— intentaba zafarse de aquel agarre —solo, se me hizo tarde llenando unos documentos, es todo.

—¡¿Acaso quieres que te crea?!— exclamó completamente alterado, tirando el cuerpo del pelinegro al suelo —¿Sabes algo?, no me importa si estabas trabajando o se la estabas chupando a Tsugikuni, lo importante aquí es lo que acaba de pasar.— tomó al contrario del brazo y lo levantó, Muzan sólo volvió a tomar asiento al igual que su padre, quien ahora se veía más serio y menos alterado —Kimura saldrá de la cárcel.

Seventeen Donde viven las historias. Descúbrelo ahora