Unión

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La comida con las chicas había sido muy satisfactoria, además de que realmente sabía muy bien, definitivamente volvería a ir, aunque había estado un poco mareado después, ya había pasado unos cuantos minutos desde que habían vuelto, no tenía demas...

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La comida con las chicas había sido muy satisfactoria, además de que realmente sabía muy bien, definitivamente volvería a ir, aunque había estado un poco mareado después, ya había pasado unos cuantos minutos desde que habían vuelto, no tenía demasiado trabajo, así que simplemente estaba sentado descansando, las consecuencias de no haber podido dormir bien anoche estaban cobrándole factura. Un tímido recuerdo llegó a él de la nada, los labios de Yoriichi sobre los suyos, tocó suavemente sus labios con sus dedos, había pasado mucho tiempo desde que había besado a alguien, aún estaba apenado por como había reaccionado, probablemente Yoriichi se había molestado, pero la culpa seguía ahí, seguía pensando en la pobre mujer que estaba casada con Yoriichi, tal vez su matrimonio ya estaba fracturado, pero no era excusa para que él le fuera infiel.

—Soy una persona terrible.

Murmuró para sí mismo, tocando su frente frustrado, le dolía la cabeza de solo pensar en eso, no podía sacarlo de su cabeza por más que quisiera, simplemente no podía. Suspiró recargándose completamente en la silla, pensando nuevamente en como arreglaría el problema, Yoriichi aún no se presentaba en la empresa, tal vez lo estaba evitando, tal vez había reflexionado sobre lo que hizo y estaba tan avergonzado que no quería verlo. De cualquier modo en algún punto tenían que volver a verse, por ahora lo único que podía hacer era pensar en encontrar las palabras correctas y saber cómo usarlas. Un pequeño toque en la puerta hizo que volviera a su postura habitual.

—Pase por favor.— grito levemente e hizo como si estuviera muy ocupado, aunque era todo lo contrario, la puerta fue abierta, no levantó inmediatamente la mirada puesto que tenía que fingir que estaba trabajando.

—Muzan...— fue ahí donde levantó la mirada, ahí estaba Yoriichi, el recuerdo de el beso llegó a él nuevamente y un ligero rubor tiñó sus mejillas —¿estás muy ocupado?

No respondió de inmediato, aún seguía en su estado de shock, aunque desvío la mirada avergonzado, no quería que notara cuan nervioso se encontraba.

—Estoy cumpliendo con mi trabajo, señor Tsugikuni.— el pelirrojo suspiró, ya se veía venir este tipo de trato, pero aún así le sorprendió la rapidez con la que Muzan había empezado con las formalidades de nuevo.

—Creo que tenemos una plática pendiente.— el azabache sólo se detuvo, el sudor recorría su frente, no quería hablar de eso, pero era necesario, por otra parte, al no recibir una respuesta, Yoriichi continuó hablando —Lo que pasó anoche..., yo, lo siento, perdón no quería ser demasiado brusco.

Muzan escuchó su disculpa, y estaba indignado, Yoriichi se aparecía como si nada y le decía que se disculpaba por lo que había hecho y creía que ya estaba todo arreglado, ¿acaso no piensa como se sintió él?, peor aún, ¿no pensaba en como se sentiría su esposa cuando se enterara de eso?

—Señor Tsugikuni, siento mucho que haya confundido las cosas, aceptó sus disculpas también, pero me parece una falta de respeto, para mí y para su pareja.— el contrario se confundió con lo último, ¿pareja?

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