Narra Joaquín
Por fin había salido de vacaciones de la universidad, ahora estoy recostado en el sillón del departamento de mi novio mientras jugaba en mi celular.
-Toma- escuché la voz de Emilio, al mirarlo me extendía un libro.
-Y esto que es- lo tomé en mi mano mirándolo unos segundos, y lo dejé de lado para volver mi vista al celular.
-Un libro- dice serio frunciendo el ceño.
- Lo sé, pero para que me lo das- murmuré sin dejar de jugar, lo que menos quería era saber de libros
-Recuerda que tu mamá, te dejo quedarte aquí conmigo a cambio de ayudarte con tus calificaciones- puse los ojos en blanco, perdiendo la partida de mi juego -tienes una samana flojeando, levantate y has otra cosa no sólo juegues con tu teléfono- se giró para irse.
-Emilio estas actuando como un padre - murmuré dejando mi celular a un lado, al mismo tiempo que me sentaba bien en el sillón.
-¿A quien llamaste papá?- se giró de nuevo hacia mi y su mirada se hizo más intensa, dando unos pasos hacia mi y se sube encima del sofá quedado frente a mi.
-A ti- susurre divertido -papá, padre Daddy- susurre la última palabra, sabia que era malo hacerlo enojar y me empujó por los hombros haciendo que quede recostado sobre el sillón
-Entonces será mejor que te enseñe la diferencia entre papá y novio- dice mientras subía sobre mi, para pasar uno de sus dedos por mi mejilla y luego por mi labio.
Pase saliva con fuerza y lami mis labios con anticipación y sus labios chocaron contra los míos
-Em..- intente hablar entre el beso, pero no me le permito adentrando su lengua a mi boca lo abracé por el cuello acercandolo más a mi me removi de bajo de su cuerpo, buscando contacto con su cuerpo -que haces- gemi cuando bajo a mi cuello, pero no se entretuvo mucho y siguió bajado hasta llegar al botón de mi pantalón.
-Levanta el culo- su voz seguía siendo seria, pero sus ojos estaban más oscuros levante mi cadera y jalo mi pantalón junto con mi bóxer dejándome desnudo de la cintura para abajo.
Las lágrimas se estaban formando al rededor de mis ojos, provocar a Emilio nunca fue buena idea estoy a unos segundos de llorar, Emilio a estado acariciando mi miembro y acercándome al clímax para después detenerse.
-Ya basta, Emilio- mi voz salió casi en un gemido, pero el me ignoró como si no hubiera dicho nada.
Mis piernas estaban atrapadas mientras él todavia seguía completamente vestido, Emilio también tiene un fuerte agarre no sólo en mi miembro, sino también en la parte posterior de mi cuello dejándome inmóvil, sus labios estaban contra mi piel dejando besos en forma de castigó.
Era terriblemente excitante, mi corazón latía demasiado rápido como si estuviera corriendo un maratón y algo me dice que no terminará pronto.
--Sabes que...cuando enseño, lo hago hasta la medula- me miró directamente a los ojos y sentí una corriente eléctrica recorrer todo mi cuerpo, el olor de su cuerpo mesclado con su perfume era una combinación excitante del cual me estaba volviendo adicto.
Ya lo sé- murmure sin aliento, sentí la mano de Emilio que tenía sobre mi miembro aun resbaladiza con mi liquido preseminal se adentraba a mi camisa -mi papá no aprieta mi pecho así- cerré mis ojos con fuerza cuando volvió hacer lo mismo con mi otro pecho, sentía mi cuerpo arder de deseo -¡ay! ¡no me pellizques! -me queje cuando tiro de mis pezones con fuerza, junte nuestros labios en un beso desesperado eh inconscientemente moví mis caderas contra su cuerpo mi erección toco su vientre.
ESTÁS LEYENDO
One shots Emiliaco
RomanceHistorias cortas de un solo capitulo de Emilio Osorio y Joaquín Bondoni