Aunque no hubiera traspasado su límite, todo estalló cuando HaeYoon terminó presentándose como alfa, el pináculo de la jerarquía. Su familia estaba encantada, y los preparativos para su enlace ya iban tornándose más serios, si es que desde el principio no fueron ya planeados.
Aquel día fue una fiesta en la mansión de los Bang, celebrando que el único hijo varón de la casa fuera un alfa y tuviera el porte de uno... a comparación de la familia Do, que era igual a ellos en cuanto a riquezas, pero con la gran diferencia de que su hijo resultó ser un omega, y una humillación notable para todos.
HaeYoon fue el primero en ir a buscar a KyungSoo, que luego de unas frías palabras por parte de su padre donde le recordaba su miseria y le obligaba a aceptar su destino con HaeYoon, se encerró en el cuarto del menor, pues estaban en su casa aún. Sollozando por lo bajo, el alfa escuchaba todo a través de la puerta, y dejando a un lado al resto de invitados, entró para poder consolarlo. Sólo podía estar pendiente del chico tembloroso que estaba hecho un burrito entre las sábanas, intentando esconder su llanto.
― ¿KyungSoo? ― Habló suavemente, para no asustarlo con su tono grave. Incluso su voz se había desarrollado, y eso no hizo más que molestar al castaño ―. ¿Pasó algo, hyung?
― Vete, HaeYoon. Quiero estar solo.
El pelinegro lo miró en silencio, y haciendo caso omiso a sus palabras, tomó asiento en la esquina de la cama, acariciando su espalda por sobre la sábana.
― No digas esas cosas... haces que mi corazón se hunda. ― Al no tener respuesta, HaeYoon suspiró, exasperado por no hallar una solución a los problemas del más bajo, la persona que ama desde pequeño, su corazón herido se confesó ―. ¿Por qué no puedes amarme, KyungSoo?
Hubo un pequeño silencio, donde KyungSoo se puso a pensar seriamente las cosas. ¿Por qué no podía amarlo? Lo conocía desde que era un niño, siempre lo persiguió aunque sus rechazos fueran claros, y no está demás decir que desde que entró a la etapa adolescente, se había puesto más guapo. Era sinónimo de perfección, pero su omega seguía sin aceptarlo.
No era un fiel creyente de las parejas destinadas ni nada de eso... pero sentía que algo le faltaba, y eso nunca lo encontraría al lado de HaeYoon.
"ChanYeol".
― Y-yo...
― Sólo pido que me des una oportunidad, Soo. ― El apodo sorprendió al omega, que volteó a verlo con sus ojos algo hinchados por tanto llorar ―. Te amo desde que era un niño, y sabes que no voy a descansar hasta que seas mío. Voy a protegerte con mi vida, KyungSoo.
Pero aunque supiera que nunca sería capaz de amarlo a él, y no sería un afecto recíproco, las palabras de su padre aún estaban frescas en su memoria.
― "Más te vale aceptar a HaeYoon, bastardo. No hace falta que te recuerde quien es su padre, ¿no?" ― Manteniendo un agarre fuerte en su brazo, siguió hablando en voz baja para que sólo él lo escuchara ―. "Bastante vergüenza nos has dado como padres al presentarte como omega, así que te estoy dando la oportunidad de deshacer tus malditos errores, y dejar de ser una carga para nosotros."
"Una carga para nosotros"
"Eres una vergüenza"
"Un maldito omega"
"Maldito error"
Pequeñas cosas que en su cabeza se fueron acumulando desde que tenía memoria, y ahora siendo ya casi un adulto, nunca podría deshacerse de ellas. Marcado a fuego por un destino cruel que no hacía más que provocar dolor por cada cosa que hiciese, las elecciones habían dejado de existir en el momento en que HaeYoon posó sus ojos en él.
― Está bien, HaeYoon. ― Dijo luego de un tiempo, intentando no verlo a los ojos, sintiendo que traicionaba a una parte de él en el proceso ―. Te... te daré una oportunidad.
― ¡¿En serio, KyungSoo?! ¡Me haces tan feliz!
Luego de eso, se los presentó a ambos como una pareja consolidada, recibiendo halagos y aplausos de todos los presentes, aunque KyungSoo en el fondo quisiera gritar y salir corriendo de allí.
Durante la madrugada, aprovechando que todos dormían e incluso HaeYoon soñaba profundamente, se escabulló de su habitación para salir afuera, viendo a lo lejos el cuerpo de un alfa fornido y alto, tan bello que cautivaba a sus ojos, y dominaba con una simple mirada a su omega.
Pero lo que estaba a punto de hacer no lo hacía nada feliz.
― Soo, vi tu mensaje. ¿Que sucedió, precioso? ― ChanYeol se acercó hasta él rápidamente, pero fue alejado en cuanto quiso abrazar al más bajo.
Intentó hallar su alma para pronunciar esas 5 palabras, antes de morir por dentro.
― No puedo estar contigo, ChanYeol. ― Lo miró a los ojos, profundos ojos negros que lo miraban extrañado, algo heridos. KyungSoo agachó la cabeza ―. Yo... yo estoy saliendo con HaeYoon ahora.
― ¿De qué estás hablando, KyungSoo? ― ChanYeol tomó distancia, mirándolo sin entender nada de lo que decía ―. Si esto es una broma, no pienso-
― No lo es, ChanYeol. Mi familia lo ha decidido...
― ¡A la mierda tu familia, Soo! Estamos juntos porque nos amamos, ¿de qué decisión me estás hablando? ― ChanYeol empujó su hombro, tratando de tranquilizar su molestia, aunque estuviera realmente triste ―. ¿Dónde quedó el chico que peleaba, no daba el brazo a torcer y luchaba por lo que quería? ¿Tan poco me has querido como para dejarme de la noche a la mañana?
― ¡No puedo hacer nada contra ellos, Chan! Y lo sabes...
― ¿Sabes qué? No, no lo sé. Creo que ya no te conozco de nada.
Al notar que había comenzado a marcharse, KyungSoo lo tomó por la campera de cuero negro que portaba, aferrándose a él de manera temblorosa.
― N-No te vayas.
― Ya no tenemos nada que hablar, suéltame.
― ¡No!
Y unió de forma forzada sus labios, en un intento desesperado por mantenerlo cerca, sin ninguna distancia que los separara. Si había algo en el mundo que no deseaba perder nunca, es el amor de ese alfa que lo volvía loco de mil formas, pero sobre todo, ese amor sincero que le regaló, y no supo cuidar.
Poco a poco la temperatura comenzó a elevarse, y ambos se encontraron arrinconados en un callejón, besándose como si sus vidas dependieran de ello.
Al separarse por la falta de aire, KyungSoo juntó ambas frentes, intentando controlar su respiración. Acarició el pecho de ChanYeol, brindándole suaves caricias que lo ponían inquieto, y rozando el creciente bulto que sentía bajo su palma.
― Sabes que nunca voy a amarlo a él. ― Murmuró, besando su tersa piel.
― Es imposible que lo hagas si estoy en tu vida, Soo.
Y aunque ninguno de los dos hubiera dicho algo al respecto, sabían que su relación no iba a acabar allí. No cuando sus corazones latían desenfrenados, locos por amor.
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Impostore - 𝑝𝑐𝑦. 𝑑𝑘𝑠 𝅄
Fanficff,,ㅤ۪ㅤ❝ ¡Oye Park, juegas horrible! ❞ ¿Quién diría que el correcto y apático KyungSoo, insultaría de esa manera a la estrella del equipo de baloncesto, ChanYeol? Lo que nadie sabe, es que detrás de esa máscara llena de perfección que acostumbra mos...