Acorde en el Corazón #PGP2023

Confrontación en la Noche Estrellada

Mientras recorríamos el salón, Daniel hizo un comentario acerca de la ostentosidad del lugar, dejando claro que no estaba acostumbrado a ese tipo de eventos. Me recordó que venía de una familia sencilla, con padres trabajadores que se esforzaban por pagar su educación. Sentí un amor y una admiración aún más profundos hacia él, sabiendo que estaba dispuesto a acompañarme en este mundo de lujo y privilegio.

La ansiedad me invadía mientras buscaba a mi padre entre la multitud. Finalmente, nos encontramos en un baño del salón de eventos, y la tensión se palpaba en el aire. Mi corazón latía desbocado, sin tener ni idea de lo que mi padre tenía que decirme.

—Ethan, necesitamos hablar —dijo mi padre con una voz seria, mientras cerraba la puerta detrás de nosotros.

Me temblaban las piernas mientras escuchaba sus palabras. Mi padre reprochó el haber traído a mi amigo sin avisar, advirtiéndome sobre la importancia de evitar cualquier tipo de escándalo. Su tono de voz y sus palabras me golpearon con fuerza. No podía creer lo que estaba escuchando.

—¿A qué te refieres? —pregunté, intentando ocultar la angustia que crecía en mi interior.

Mi padre no dudó en responder, revelando que sabía sobre Daniel y yo, que nos había visto besarnos. Sus palabras eran crueles, calificando nuestra relación como inaceptable, asquerosa y vergonzosa. Me quedé atónito, sin poder creer que mi propio padre fuera capaz de decirme esas palabras tan hirientes.

—No puedo creer lo que estás diciendo, papá. Esto no es justo. Daniel es una persona increíble y me hace feliz. No puedo simplemente dejarlo así.

—No me importa lo que pienses, Ethan. Esto no va a continuar y eso es todo lo que tengo que decir.

Las lágrimas amenazaban con brotar de mis ojos mientras mi corazón se llenaba de dolor y rabia. Sentí una profunda herida en mi ser, una herida que nunca había imaginado que vendría de mi propio padre. Me miré en el espejo del baño, sintiendo un torbellino de emociones dentro de mí.

En medio de mi dolor, una idea se abrió paso en mi mente. Regresé junto a Daniel, tomé su mano y lo conduje hacia la pista de baile. Con determinación, me pegué a su cuerpo y comencé a bailar lentamente. Quería mostrarle a mi padre, y a todos los presentes, que nuestro amor era real y no podía ser ignorado ni rechazado.

Daniel, confundido por mi repentino cambio de actitud, me susurró al oído, preguntándome qué estaba pasando. Sentí sus palabras resonar en mi corazón y, con voz temblorosa, le respondí.

—Si después de esta noche dejo de contestar el teléfono, sera porque estaré castigado. Eres más importante que cualquier consecuencia —le dije, con una mezcla de dolor y determinación en mi voz.

El tiempo pareció detenerse mientras bailábamos, nuestras miradas entrelazadas y nuestros cuerpos moviéndose al compás de la música. En ese momento, decidí que no dejaría que las palabras de mi padre nos separaran. Nos aferraríamos a nuestro amor, a pesar de los obstáculos y las dificultades que enfrentáramos.

En medio de la pista de baile, sentí una mezcla de emociones intensas. El dolor y la rabia se mezclaban con el amor y la esperanza. Pero, sobre todo, sentí una determinación feroz dentro de mí. Estaba dispuesto a luchar por nuestro amor y a enfrentar las consecuencias, porque no podía permitir que el miedo y el prejuicio nos separaran.

Mientras continuábamos bailando, el mundo a nuestro alrededor parecía desvanecerse. Solo existíamos Daniel y yo, unidos por un amor que no podía ser ignorado. 

Con el corazón roto y las lágrimas amenazando con caer cerré la puerta detrás de mí, sintiendo el eco de la música y las risas amortiguadas mientras el bullicio de la fiesta se desvanecía lentamente.