Me detuve, giré con furia y fruncí el ceño, asegurándome de que nadie más nos viera. Apreté mi puño y sentí la tensión en mi cuerpo mientras miraba fijamente a Ethan.
La atmósfera se tensó mientras Ethan intentaba explicarse. Impulsado por una mezcla de furia y dolor, tomé su mano y lo llevé rápidamente a uno de los salones cercanos, buscando un poco de privacidad para aclarar las cosas. La ira y la tristeza se entrelazaron en mi interior mientras le mostraba la portada del periódico que lo acusaba de tener una nueva novia.
Una vez dentro, me enfrenté a él con la mirada desafiante y le pregunté con voz entrecortada:
—¿Qué diablos te pasa? ¿Cómo puedes negar lo que está en esta portada? —dije, mostrándole el periódico que había encontrado por la mañana.
Ethan parecía sorprendido, sus ojos se abrieron de par en par mientras observaba la noticia que lo acusaba de tener una nueva novia. Respiró profundamente y tomó mis manos entre las suyas, buscando una conexión, una forma de hacerme entender.
—Daniel, escúchame. No hay ninguna verdad en esa noticia. No he estado con nadie más. Lo que ves ahí es una mentira, una falsa imagen que han creado —dijo con determinación en su voz.
Mis emociones estaban en un torbellino, luchando por encontrar la verdad en sus palabras. Dudaba de lo que decía, pero también sentía una necesidad desesperada de creer en él. A pesar de todo, no podía ignorar lo que había visto en el periódico.
—¿Entonces, qué hay entre tú y esa chica rubia? —pregunté, tratando de controlar las lágrimas que amenazaban con caer.
Ethan tomó un respiro y me miró directamente a los ojos, buscando transmitir sinceridad y convicción.
—Ella es solo una amiga, Daniel. Te lo juro. No hay nada más entre nosotros, nunca lo ha habido. Tú eres el único en mi corazón, siempre lo has sido —dijo, con una intensidad que me hizo estremecer.
Una lucha interna se desató en mi interior mientras lo escuchaba. Quería creer en sus palabras, quería aferrarme a la idea de que aún éramos importantes el uno para el otro. Pero la herida seguía abierta, y las dudas persistían.
Ethan se aferró a mi cabello oscuro y me atrajo hacia él en un beso apasionado que me tomó por sorpresa. Al principio, mi instinto de alejarme se activó, pero rápidamente me di cuenta de que había extrañado sus labios más de lo que me había permitido admitir. Aquella vez, el beso tenía un sutil sabor a cereza que hizo que mi corazón se acelerara aún más, aunque las lágrimas seguían resbalando por mis mejillas.
Me sentí transportado a un mundo de emociones contradictorias. Por un lado, estaba furioso por lo que había visto en el periódico y por el dolor que Ethan me había causado, pero por otro lado, el contacto de sus labios me recordó lo que habíamos compartido, lo que alguna vez fue tan especial.
Sin embargo, la realidad no tardó en regresar y, con lágrimas en los ojos, me aparté bruscamente de él. Nuestros ojos se encontraron en un instante cargado de emociones encontradas. A pesar de todo, había algo que seguía atrayéndome hacia él, pero también sabía que no podía ignorar el dolor que había sentido.
Sin decir una palabra, mi frustración se manifestó en una bofetada que dejó una marca roja en su mejilla. Sentí una mezcla de alivio y culpa en ese gesto. Luego, sin mirar atrás, salí del salón con paso firme, tratando de ocultar la confusión que me embargaba.
Me dirigí al piso de arriba, a mi clase de piano, donde ya estaba llegando tarde. La música siempre había sido mi refugio, y esa vez no fue la excepción. Con cada nota que tocaba, intentaba calmar mi corazón agitado y encontrar algo de paz en medio del caos emocional que me rodeaba.
La melodía resonaba en el salón mientras mis dedos danzaban sobre las teclas del piano, tratando de dar sentido a todo lo que había sucedido. A pesar de mi intento por concentrarme en la música, mi mente seguía volviendo a Ethan y a las complejas emociones que había despertado en mí.
La clase terminó y mi corazón seguía siendo un rompecabezas sin resolver.
Aún con el corazón latiendo fuertemente, me senté frente al piano y dejé que mis dedos se movieran libremente sobre las teclas. La melodía que surgió fue cruda pero llena de emoción, reflejando mi dolor, confusión y pasión en cada nota.
Inmerso en mi propia música, no me di cuenta de que mi profesor había estado escuchando desde la puerta. Cuando terminé, sus aplausos me sacaron de mi trance. Me sentí sorprendido y algo avergonzado de haberme dejado llevar tanto en la música, pero su reacción fue completamente diferente.
—¡Excelente! —exclamó emocionado, acercándose a mí y poniendo su mano en mi hombro en señal de aprobación. Sus palabras me llenaron de gratitud por haberme dejado expresar a través de la música lo que me atormentaba.
Me disculpé por no haberme dado cuenta de su presencia y él rápidamente me tranquilizó, asegurándome que no había nada de qué disculparme, que apreciaba la pasión que había puesto en mi interpretación.
—Deberías anotarte para la audición del concierto, seguro que ganarás —me sugirió, pero yo no tenía ánimos para participar en nada en ese momento. Le respondí con sinceridad que no me sentía con la energía para ello.
Titubeé por un momento antes de responder:
—Lo siento, profesor, no me siento con la energía suficiente para participar en nada en este momento.
Él entrecerró los ojos, mirándome comprensivamente, y continuó:
—Entiendo que estés pasando por un momento difícil, Daniel, pero déjame decirte algo. Los músicos más grandes y talentosos han creado sus obras más dramáticas y conmovedoras en medio de la tristeza y el conflicto emocional. Si te detienes solo por falta de ánimos, podrías estar perdiendo la oportunidad de expresar algo realmente significativo a través de tu música.
Tomó su abrigo del escritorio y dibujó una sonrisa en su rostro.
—No tienes que tomar una decisión ahora mismo. Piénsalo y haz lo que sientas en tu corazón. La música siempre estará allí para ti, sin importar lo que elijas.
Le dediqué una tímida sonrisa, agradecido por su comprensión, y luego me disculpé nuevamente antes de salir del salón. Caminé por los pasillos, permitiendo que sus palabras resonaran en mi mente.
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Acorde en el Corazón #PGP2023
RomanceEn un mundo donde la música y las emociones se entrelazan, Daniel y Ethan se encuentran atrapados en un torbellino de pasión, amor y desafíos. Daniel, un talentoso músico lleno de sueños, ha sido cautivado por Ethan, un chico carismático y misterios...