La mañana pareció tardar una eternidad en llegar, Zelda no pudo pegar el ojo en toda la noche, vislumbro el amanecer por la ventana y decidió levantarse. Dio un par de pasos hacia la ventana mirando hacia afuera. La realidad es que no quiso dormir y pensar que todo había sido una jugarreta de su imaginación. Link estaba afuera, parecía estar practicando con la espada maestra, el joven no reparo en la presencia de Zelda ¿se sentiría nervioso como ella? Pensó mientras pasaba los dedos por su cabello, cuando el espadachín hizo ademán de girarse hacia su ubicación ella se escondió detrás de la cortina deseado que no la hubiese visto.
Aún no estaba lista para enfrentarlo. Él lo notó, después de todo tenía una vista privilegiada sobre todo en batalla aunque aquello no era una batalla en sí, su corazón dio un vuelco al notarla, debía encargarse de aquello que habían iniciado la noche anterior.
Él tampoco había pegado el ojo en toda la noche pensando en la manera correcta de afrontar lo que había sucedido, de nuevo limpio la hoja de la espada, desde la batalla había dejado de escuchar al espirito que esta alojaba aunque no había tenido el tiempo de pensar en ello. Volvió su vista hacia donde se encontraba Zelda y sus ganas de verle fueron más fuertes sin embargo se contuvo al escuchar la voz de Impa.
- El hecho de que te haya quitado las vendas no quiere decir que puedas andar como un bárbaro por los alrededores- Le acusó la anciana viendo la espada que Link cargaba, él la miro y asintió, con esa mala costumbre de no hablar.
- He estado pensando, tú tienes una casa en Hatelia ¿no? - Él la miro preguntándose como es que tenía esa información. Asintió aún así en respuesta, ella por su lado pensó un segundo antes de añadir – ¿No crees que sería bueno para Zelda vivir allá? Un ambiente diferente, nuevos recuerdos, quizá sería un buen inicio para ella -
Link la observó perplejo ¿de verdad estaba diciendo aquello?. Sí, era verdad que tenía una casa en aquel pintoresco poblado pero era pequeña y demasiado humilde para una princesa, siquiera estaba amueblada. Una exhibición de armas no eran muebles. Impa notó la duda en su mirada. - Zelda necesita un ambiente tranquilo, no lujoso - Atino a decir acertadamente.
- No creo que ella quiere ir ahí- Dijo sorprendiendo a Impa
- No lo sabrás sino le preguntas, además no está lista para tomar sus responsabilidades, quizá después de un descanso en un lugar tranquilo ella pueda volver a ser la de antes.. – Impa era experta en envolver a la gente en sus planes. Todo tenía una razón, quería que Zelda tomara las riendas de Hyrule pero cuando estuviese lista de hacerlo, un tiempo en la tranquilidad de un poblado como Hatelia sería suficiente. Estaba segura de ello. Aunque..
- Claro que debías estar de acuerdo tu además que tendrás que cuidarla, ella es muy joven aún para..
- Detente, no soy así.. – Dijo Link en seco, cierto que no era un santo pero no veía a Zelda de aquella forma, pensó en la noche anterior y de pronto no estuvo tan seguro de esto último. Suspiró y apartó la mirada enseguida - Sé a qué te refieres, puedes estar tranquila no haría algo que ella no quisiese - Añadió y la anciana soltó una carcajada al notar la incomodidad del espadachín.
- No soy anticuada muchacho, también fui joven - Link tenía se había sonrojado en ese momento, lo cierto es que no había que ser muy listo para saber que había algo entre ellos. Impa lo había notado desde épocas pasadas, bastaba ver la complicidad que existía entre ellos cuando su relación fue mejorando poco a poco.
- Si crees que es lo mejor para ella se lo propondré pero ella será quien decida y si es así puede quedarse ahí el tiempo que necesite.. - La idea de vivir con Zelda le pareció demasiado fantasiosa para habérselo planteado siquiera, por lo que supuso que Impa se refería a dejarle vivir en su casa. Él podría buscar otro lugar, el dinero no era problema para él en esos momentos.
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Más allá de las estrellas | Zelink | Zelda x Link
Fanfic-Te acuerdas de mi - había dicho, su voz era suave y por primera vez en meses la escuchaba de frente, la observó y en su mirada encontró esperanza, añoranza y cierto temor.