Capitulo 11

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Aquella tarde link estuvo alistando sus cosas, era extraño para él regresar a la rutina de prepararse para un viaje largo, cargado de armas, flechas, arcos y comida. Su alforja expandida por medio de magia le permitía cargar consigo varios artilugios necesarios para sobrevivir solo fallaba algo: tener un plan, como tal solo se veía guiado por una corazonada. Siquiera sabía lo que estaba buscando pero algo, algo en lo profundo de su subconsciente lo llamaba hacia el castillo.

Había dejado a Zelda descansando después de entregarle un té que aliviaría sus síntomas y cuando se dispuso a regresar a la habitación que compartían entro con cuidado de no hacer ruido pues la pensaba dormida.

- ¿Ya tienes todo listo? – Preguntó la rubia sentada sobre la cama, Link sonrió a penas asintiendo, sentándose a su lado.

- Sí, saldré al amanecer – Ella asintió, podía ver que Link se mostraba decaído, poco tiempo le había costado el aprender a leerlo.

- ¿Después de esto.. regresaremos a Hatelia? – Se aventuró a preguntar.

- Claro - Sus ojos se encontraron, Zelda estiró su mano hacia el acariciando su mejilla y él le atrajo entonces, permitiéndole acomodarse en ese espacio de su pecho - ¿Te sientes mejor? Si es así ¿te gustaría salir conmigo? – Propuso, antes de dejar un beso en sus cabellos, percibiendo el aroma y la calidez que ella desprendía, tan hermosa.

Ella desvió su mirada hacía él asintiendo, sonrió. Quería pasar el tiempo con él, disfrutar de su compañía porque mañana ya no estaría y no sabía cuando volvería a verlo.
...

El atardecer trajo consigo una brisa fresca preparado para salir en aquella cita improvisada con sabor a despedida, Zelda sentía el sentimiento amargo asentado en su pecho, caprichosa no podía evitar sentir que no quería que se fuera pero ya no se permitía decirlo en voz alta.

Se había puesto un vestido azul y había dejado sus cabellos sueltos, Link había ido a preparar el caballo y cuando llegó hasta la encontrarla lista junto a la ventana, la vio hermosa como siempre la recordó y admiró por un momento se quedo perplejo, delineando su rostro, como sus ojos verdes destacaban expresivos y amables, los largos cabellos dorados coronando esas bellas facciones, de pronto y sin previo aviso un recuerdo se desbloqueo en su memoria uno muy antiguo. Parpadeó un par de veces quedándose perplejo ante la escena que se asentó en sus pensamientos, Zelda lo observaba, curiosa

-¿Link? – Quiso atraer su atención acercándose a él hasta quedar enfrente, notando lo mucho que había crecido a ese punto -¿Qué piensas? – Preguntó ella cuando sus ojos se encontraron, podía ver un brillo especial y nostálgico en el iris azulado del Hyliano.

- ¿Cuándo nos conocimos? – Soltó y ella se encontró sorprendida, abrió los labios frunciendo el ceño recordando de repente ese día.

- La primera vez que te vi.. fue cuando mi padre te nombro mi guardia. . - Meditó ella - ¿Por qué? ¿Recordaste algo? - Él se inclinó lo suficiente para rozar la nariz de Zelda con cariño, provocándose cosquillas a Zelda.

- No es nada... - Había algo en su sonrisa que Zelda no supo leer, Link la besó entonces, sin previo aviso enredando sus manos detrás en su cintura para atraerla, el rose de sus labios fue suave pero ella se sintió mareada ante el estremecimiento de su propio cuerpo por el ritmo de sus besos. Él la sintió temblar cuando profundizó en sus labios ladeando el rostro de pronto se encontraba acorralándola contra su cuerpo y la puerta, sintiendo sus tentaduras curvas contra su túnica. Debía detenerse pero ella, en un gemido suave no se la estaba poniendo muy fácil.

-Link... - Quiso traerlo de vuelta, levantó el rostro separándose lo suficiente para poder verla, sonrojada, acalorada y notablemente afectada -¿No íbamos a salir? – Preguntó, él soltó una risa asintiendo.

Más allá de las estrellas | Zelink | Zelda x LinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora