Capitulo 12

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Link se alejó con velocidad del pueblo, siquiera pensó en mirar atrás. Un largo camino lo esperaba por delante, la determinación de salvarla era, como siempre, su motor.

Sabía que atravesaría una largo recorrido por lo que no aminoraría su paso, faltaban horas para el amanecer y eso hacía de los caminos un peligro latente, pese a haber acabado con Ganon aún había hordas de monstruos distribuidas por el reino, y él, temerario y valiente se aprovecharía de peligrosos atajos con tal de llegar a su destino lo antes posible.

Zelda siempre había sido clara con el, cuando se trataba del peligro siempre lo enfrentaba con gran valor pero eso a veces era contraproducente, pues podía ser un poco descuidado de su propia seguridad, y sí en ese momento su seguridad no podría importarle menos, lo único que pensaba con claridad era en esa escena en la cocina en Hatelia, no podía volver a repetirse.

Pasaron unas cuantas horas, la noche pronto revelaría el amanecer cuando se encontró enfrentándose a una bestia que bloqueaba el único camino, un puente. Observó con el sigilo de un felino a la bestia. Era enorme pero Link nunca se dejo intimidar por el tamaño de su oponente, no podría pasar con su caballo y esto le quitaría tiempo en su recorrido por lo que su única opción era, por supuesto, pelear.

Se bajó de su caballo con habilidad. Y se acercó lo suficiente, sacó su arco y con una flecha certera atrajo su atención, la masa de carne roja se giró hacia el con las diminutas piernas que a penas y podían contener el peso de su cuerpo. Caminando amenazante en su dirección, Link aprovechó en ángulo insertando una flecha directa a su ojo brillante color amarillo, cuando la vio caer corrió y ayudado de su eterna compañera, la espada maestra, destruyó a la bestia en un santiamén.

Aquel seria solo el primer enfrentamiento de muchos que se encontraría en el camino.

Aunque en ese momento estaba especialmente temerario y hasta cierto punto, descuidado.

Atravesó el puente de madera con su caballo, y siguió su camino, llegar al castillo le costaría al menos dos días por lo que no quería desperdiciar el tiempo.

En Kakariko.

¿Qué era eso? La figura de una persona, rodeada de sangre tirada sobre el suelo, una daga clavada en el pecho, su perfil, lo conocía...

¿Por qué le sonaba tanto aquel rostro? Se acercó a paso suave, ligero hasta quedar frente a él, estaban en un bosque, una fuente sagrada brillaba por la luz luna detrás de ellos cuando lo reconoció.

El terror y el miedo, se anidó en su pecho agachándose, su vestido blanco se manchó de su sangre cuando sus temblorosas manos lo tomaron.

Link.

Lo atrajo a su pecho y lloró amargamente, sentía que le hubiesen arrancado el corazón del pecho.

Fuiste tu... Dijo una voz siniestra, irreconocible.

-No, no, no.... – Link estaba frío en sus brazos – Por favor no... - Gimió, lagrimas gruesas caían por sus mejillas mientras aferraba su cuerpo inerte con todas sus fuerzas.

Y entonces despertó, sudada y agitada, vio el techo iluminado por la luz de la mañana, su pecho subía y bajaba al ritmo de su respirar. Comenzó a llorar presa de aquella imagen, tan real, tan... horrible.

"Ven a mi" Escuchó a su oído y se estremeció. Se estaba volviendo loca, sin él era tan débil a la oscuridad. Como si pudiese dominarla, se levantó abrazándose a si misma, Paya dormía a su lado, tenía el sueño muy pesado, no la había escuchado aún pese a su llanto. No quería preocuparla a ella ni a nadie, se había guardado esos sueños para si misma.

Más allá de las estrellas | Zelink | Zelda x LinkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora