The heart of mine.

12.

Pov Wanda:

Luego de un buen rato jugando UNO con Lia, Natasha había decidido que era una buena hora para dormir, su pequeña no pensaba lo mismo.

— ¡No! ¡No iré a dormir! —exclamaba con furia corriendo de un lado a otro, Natasha suspiraba con pesar y yo simplemente observaba con algo de diversión sin saber que hacer.

— Lee, cariño, es tarde y te has levantado a las siete de la mañana, necesitas dormir...

La pequeña había cruzado sus brazos y comenzaba a negar con la cabeza.

— ¡No, No y No! Soy una niña sana y estoy bien, no necesito dormir —habló con un pequeño puchero y se tiro en el sillón.

— Tal vez duerma si miramos una película... —miró el televisor con una sonrisa traviesa y yo comenze a reír.

Natasha suspiro asintiendo.

— ¿Qué quieres ver?

— ¡Bluey!

Sonríe tomando asiento junto a Lia mientras encendía el televisor, abri el disney+ y puse Bluey, pronto Lia se estaba acomodando con se cabeza en mi regazo y sus piernas en el de Nat.

— ¿Siempre hace esto? — pregunté a Natasha quien suspiro con pesar.

— Todas las noches.

Apage el televisor al sentir pequeños ronquidos y Natasha la cargo en brazos llevándola a mi cama, donde ellas dormirán esta noche.

Natasha observaba la ventana que daba al centro.

— Es lindo, pero cada vez detesto más la ciudad, tal vez hable con Fury sobre eso, pediré un pase a Napa o incluso otro país, algo más tranquilo, sin tantos edificios —soltó de repente y giré mi cabeza hacia ella.

Recalcule lo que había dicho... Pietro y yo siempre soñamos en vivir en Napa luego de ver juego de gemelas, en un viñedo o algo así.

Volví mis pensamientos hacia la pelirroja, observe sus fracciones, tiene un lindo perfil, se parece al de Lia, va... el de Lia se parece al de Nat.

—Supongo que si. La vida de pueblo es más tranquila que la de ciudad, pero, supongo que cada una tendrá sus pros y contras, California es lindo. Tal vez Yellowstone es mucho menos poblado, supongo que también sería una opción.

— No quiero que me coma un oso —murmuro Natasha girando a verme con una sonrisa y yo la observe riendo levemente.

— No seas tonta...

Sus ojos se notaban verdes claros, normalmente se los veo de un tono azulado oscuro.

— Lindos ojos, pensé que eran azules... —acepte y ella asintió con la cabeza.

— Cambian con las emociones, a Lia le pasa lo mismo, supongo que alguno de mis padres tenía la misma característica.

— ¿No conoces a tus padres? —pregunté con una mueca.

Ella negó.

— No... me entregaron a la red room cuando era una bebé, luego me "adoptaron" Alexei y Melina, sin embargo me dejaron ya que era una misión encubierta, no lo se, supongo que no me gusta pensarlo —murmuro con la vista perdida y yo agache la cabeza.

— Lo siento.

— Si, no lo se.

El silencio inundo la habitación de tal forma que podíamos escuchar la respiración de Lia que estaba en otro cuarto.

Me levanté en busca de agua caliente.

— ¿Tomas té? —pregunté y ella negó.

Hice un gesto con la cabeza y verti el agua sobre el saquito de té.