The heart of mine.

11.

Pov Wanda:

— ¿Qué haces? —la voz de Pietro inundo la sala.

¿Cómo entró?

— Pongo esto al horno, Lia y Natasha vendrán a dormir porque Lee pidió hacer una "pijamada de chicas", si llega y tu estas aquí estoy muerta —el soltó una risota provocando que yo ruede los ojos.

— ¿Le has dado la oportunidad a Natasha? —preguntó y bufé.

— No lo se, Piet, lo hago por la niña —el sonrió sentándose en una banqueta.

Escuche como suspiraba por lo bajo y reí levemente.

— Lo digo enserió, Lia esta por llegar, vete. — lo eche.

El sonrió traviesamente y se levantó.

— Que amable mi hermana, ¡adiós pequeña! —reí y lo saludé con la mano.

Poco después de que el saliera tenía a Lia colgada de mi cintura.

— ¡Wanda! —exclamó, sonreí tomándola en brazos y observe a Natasha poner algo en el freezer.

— Bruja —saludo su madre y yo rodé mis ojos.

Lia rió ante eso.

— tu cara fue graciosa —murmuro entre risas , Natasha me observaba con la ceja levantada.

Pietro no ha dejado de mencionar lo atractiva que es y que debería salir con ella.

Jura que es lesbiana.

Realmente no lo se, es grosera aveces, lo cuál es el 90% del tiempo. Es atractiva, no lo negare.

— Si tienes algún problema con el apodo dilo, no pretendia molestarte —negué con la cabeza sonriendo.

Ella me molesta normalmente con todo lo que hace, supongo que es problema mío, no suyo.

— ¿Qué vamos a comer? —Lia exclamó mientras mi atención estaba en los ojos de Natasha que recorrían toda la habitación.

— uhm, Pizza.

La pequeña sonrió mientras saltaba de un lado a otro en busca de algo para jugar.

— Tu departamento es lindo —habló Nat girandose a verme.

Levanté los hombros.

— Supongo... ¿que has echo hoy? —pregunté y ella se giró a verme.

— Trabaje en shield un rato y luego observe el entrenamiento de Lee ¿tu? —gire mi cabeza hacia otro lado por un segundos.

— Nada.

Ella rió levemente.

— Bruja, cuando estés aburrida en el edificio busca a alguien con quien hacer algo, vas a morir sin hacer nada en Nueva York...

Solté una risa ante sus palabras, puede tener un poco de razón.

— Mañana Lee va al gimnasio, podemos ir a verla, es divertido ver a los pequeños hacer gimnasia ¿te apuntas?.

Ella sonreía amistosamente, de alguna forma me relajaba, es mucho más agradable hablar con una Natasha suelta que la persona tensa que suele ser siempre.

Asentí mientras murmuraba un si.

Lia volvió con cartas en sus manos.

— ¿quien juega conmigo? —preguntó de forma insistente.

— Ven... —murmuro señalando la banqueta a mi lado y ella salto hasta lograr sentarse y comenzó a repartir.

— Mami, quiero un gato —soltó a mitad de una jugada desconsentrando a Natasha.