Psicosis Nebulosa |Libro 2|

~ Caprice ~

Las tonadas del Violín le provocan euforia, está en tal armonía con las música que puede ver fluir las notas musicales a su alrededor.
Dos giros más, cuatro relevé, un jeté y la música acaba.

El estruendo de la ovación hace estremecer las paredes y el finalizar a la perfección la escena le hace sentir la mejor de las drogas,
El cuerpo de la bailarina vibra desenfrenado en un arrebato de emoción y alegría que no cabe en su pecho.

Los arpegios y melifluos se sentían líquido recorriendo su pequeño cuerpo, y el atuendo había pasado a ser parte de su anatomía.

Aún tenía la sensación de seguir bailando por todo su sistema y los únicos pensamientos que lograron hacerle esbozar una sonrisa melancólica fue el saberse sola en esa fecha.

Madame Gautier veía a la bailarina con recelo, con desdén y casi con suficiencia.
Había hecho bien su última creación, tanto que sintió envidia de el talento creado por sus manos.

En un punto, en medio de toda la euforia, ambas se miraron fijamente.
Una con miedo y la otra con superioridad.
Ambas sabían lo que ocultaba aquella pieza que la bailarina había interpretado, ambas conocían los extremos de su obsesión y como eso las condujo a lo que estaban viendo en los ojos de la otra:

- Dolor...

Madame había convertido en polvo sus huesos y le había construido una anatomía nueva, había arrancado los nervios de la bailarina para mezclarlos con toda clase de género musical, la hizo tragarse su personalidad puesto que para ella las bailarinas debían ser muñecas de porcelana que conservas en una vitrina y solo sacas cada que quieras.

Mientras Madame creaba una muñeca perfecta, la bailarina solo trataba de rozar con sus dedos el cielo que le prometieron cuando apenas era un lienzo en blanco.
La bailarina daba todo de sí en cada ensayo, lágrimas de dolor tañian su rostro con cada vuelta y relevé que debía realizar por milésima vez, la sangre en la punta de sus pies colorea las zapatillas blancas y la uña encarnada a su pie le provoca lamentos internos, el sádico placer de sus músculos siendo estirados con cada calentamiento previo al vuelo que abre sus alas y le hace olvidar por milésimas sus peores pesadillas.

Gira y enfoca tu vista en un solo punto,
Relevé y has que las plumas se vean pesadas,
Arabesque, detente en el tercero para volver a empezar.

Pas Couru

Haz los giros más rápidos y precisos

Ten más firmeza cuando estires tu cuerpo

Aterriza más fuerte cada que vueles

Pirouette

Has los pasos con más agilidad.

Más rápido

Más firme

Más fuerte

Más

Más

Y pronto la bailarina pierde el brillo que poseía su mirada, pierde el halo que la rodeaba de vida, pierde las emociones y es ahí cuando sabes que Madame Gautier ha culminado con su obra.
Es cuando sabes que ha hilado a la perfección a la próxima muñeca de su colección

La bailarina ahora está rota, ni siquiera es un ser vivo, es una muñeca perfecta.
Es el reflejo vivo del miedo y la obsesión, es el resultado de degustar a ratos un sueño.

Es la víctima de su propio juego.