"¿Qué pasa con esa expresión en sus rostros?
¿Porqué no caminan?
¿Es que hay algo mal en mí?"
Es lo que se pregunta mientras camina entre la multitud el joven pelinegro. Viste jeans y una camisa ancha que esconde los rasguños que diariamente se marcan en su pálida piel, la gorra oculta con poco éxito su rebelde cabello negro y la mochila que cuelga en su espalda acarrea con lo poco que le pertenece.
Se detiene.
Y observa a su alrededor. Las personas se aglomeran a sus costados, viéndole, señalandole y esbozado sonrisitas satisfactorias por haber encontrado un objeto de burla.
"¿Qué pasa?"
Otro chico, con ropaje negro y el rostro cubierto, se acercaba repitiendo "compermiso" para llegar hasta el joven, se detiene y observa sus rostros.
"Estas cambiando..."- le dice, casi le susurra.
La imagen del joven está cambiando.
No posee un par de ojos comunes sino que le sustituyen 4 pares de los mismos mezclándose entre sí, borrandole la visión y obstruyendo su percepción del frágil mundo que lo rodea
Sus labios se deforman y se mezclan con su, ahora pequeña, nariz, y las lágrimas que brotan de sus ojos se mezclan con el amasijo de carne que presumen ser sus pómulos y sus mejillas.
El pelinegro ahoga un grito y se desmorona ahí mismo, en la calle, mientras el extraño se arrodilla frente a el y le habla con voz pacífica:
"Puedes convertirte en quien seas, ser quien tu quieras, y le temen a eso. Le temen al cambio, a las posibilidades de personas diferentes...."- le explica a medida que trata de secar las lágrimas que bañan el rostro
"Dentro de ti habita más de uno, son muchos, no les temas... usalos a tu favor, ¿puedes?"
Y es así como poco a poco el rastro deforme de su rostro queda atrás.
Es así como el pelinegro le pregunta al desconocido quien es.
Y de la misma forma le contesta."Soy tú..."
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Psicosis Nebulosa |Libro 2|
RandomLas nubes ya no están solo en el cielo, ahora también visitan su mente.