Ahí estaba de nuevo, punzando en la esquina más sensible de mi cerebro, presionando para que al fin agrietara mi coraza y le dejara salir.
Sé que ella es lo peor de mí, se que odia todo lo que respire porque incluso ha intentado que deje de hacerlo.
Pero le he dado la ligera potestad sobre ciertas emociones e incluso ha sido la mediadora de algunas decisiones.Pero justo ahora ha quebrado mi voluntad en pedazos y estoy sangrando, la sensación del líquido espeso recorriendo mi rostro es real y aunque su olor no me desagrada quiero que se detenga, en algún momento lo hará y lo sé pero necesito que sea ahora.
No puedo controlar esto que me avasalla siempre que suceda.
Veo el pequeño espejo que está colgado en mi habitación y no puedo evitar sentir escalofríos con la imagen que me devuelve, casi como si no fuese yo quien vive en mi propia piel, como si lo que camina entre la gente es un cascarón vacío que existe por inercia.
Trato de mantener a raya a cada una de las voces que hay en mi cabeza pero todas quieren tomar el reflector.
Supongo que está destinado a acabar como aquel libro viejo que alguna vez leí, con un disparo entre ceja y ceja, con todas siendo libres de las cadenas auto impuestas.
Y por qué se que entre estos párrafos se encuentran vástagos de lo que a muchas de ellas les gustaría escuchar:"- Vuela libre, bello ser de luz, vuela lejos de esta prisión de sangre y dolor....."
Fueron los últimos susurros emitidos antes de caer arrodillada al suelo con el dolor atravesando una y otra vez todo mi cuerpo.
Y así el cuervo que alguna vez tuvo un espeso plumaje brillante y tornasolado, ahora solo lleva consigo lo necesario para emprender el viaje, ya es libre.
La daga descansa a un costado de su cuerpo pues con ella las he liberado, con ella he batallado a mi más grande enemigo:
- Yo...
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Psicosis Nebulosa |Libro 2|
RandomLas nubes ya no están solo en el cielo, ahora también visitan su mente.