Feroz. Aullidos {Capítulo 42}

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Toc, toc, toc, toc

La chica se había quedado dormida en el sofá rotoso, cuando abrió los ojos y parpadeo varias veces, no tenía conciencia cuál día estaba o si era de noche o de día. Sólo oyó la voz de la mujer que iba deprisa al parecer atender a la persona que estaba tocando a la puerta, la vió a Rakel dejar a un lado la aspiradora, y después desaparecer detrás del marco de la entrada, y más al rato las voces de una conversación tranquila y de unos buenos días para empezar.

Elizabeth se había quedado dormida estudiando con mucho nervios, la noche anterior se había perdido la cena y luego de fingir que olvidaba subir al perspectivo dulce agrio cuarto. Y lo había hecho apropósito, si, si se había acobardado, no sólo por su hermanastro, también con la familia completa incluyendo a su papá Guillermo.

Recordó con divagaciones que esos de las 3 de la mañana había escuchado las voces bajitas de Rakel y John intentando de convencerse si subirla a su cama o no...

"- Oh pobrecita -Se lamentaba Rakel. - se ha quedado dormida, y con razón... se está matando estudiando"

"- ¿Yo... no debería, tú sabés, levantarla y... subirla?"

"- Hm no lo sé, si quieres, Johnny."

"- Digo, creo que descansará mejor en la rica cama"

"- Pero mira tú hermanita... como duerme como princesa."

"- Bueno. Uf. Es mejor verla dormida que despierta, porque despierta es una fiera fea de tres cabezas."

"- ¡Johnny! No digas sandeces. Oh que agotada se la ve"

"- Y bueno si te preocupas tanto mami, la dejo aquí y ya."

"- No creo... que sea seguro"

"- Mami, no creo que sea seguro en ninguna parte de la casa. No le pasará nada, no es una nena."

Después el resto lo olvidó cuando se espabiló por completo apenas oyó susurrar musitando la voz de John Grangerford en su oreja para molestarla:

La bebé se despertó, se despertó por su lecho con miel, la bebé al parecer tuvo miedo de ir a dormir en su cama al lado del hermanito, tuvo miedo de ser besada otra vez.

John se inclinó hacia ella, susurrándole suavemente al oído con un tono sensual. El efecto de sus palabras fueron de tal grado que afectó a Elizabeth de tal manera para ocasionarle que cerrara con fuerzas los ojos. Momentos después, sin quererlo, la chica se desplomó al suelo.

John se carcajeó como costumbre por la torpe tontería de su hermanastra al caerse así, parecía como si fuera de un programa cómico de televisión.

¿Qué rayos está pasando acá? Exclamó alarmante, Rakel junto al lado con una visita inesperada de un hombre alto y corpulento que los veía asombrados.

* * * *

Por suerte Rakel y ése tal hombre - Que se presentó como el inspector de investigaciones. - habían pasado por desapercibidos y olvidado enseguida lo de hallado a la chica caída en el suelo y al joven que la estaba asustando; bueno, eso era lo que notaba la señora Rakel Torres Thompson, pero no había mencionado nada de esto frente al invitado.

Rakel lo llevó a la cocina al inspector Rojas y le invitó a sentarse ante la mesera de mármol. Ella de ante mano que le preguntará le avisó que su marido estaba trabajando en el puerto, mientras por otro lado a los chicos jóvenes los hicieron de a un lado.

— ¿De que se trata, inspector? —Rakel, preguntó muy cooperativa.

John con gesto de presuntuoso, sentado en un brazo del sillón, viéndola fijamente a su hermanastra allí de pie junto a la ventana, se moría por molestarla otra vez:

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