Feroz. Aullidos {Capítulo 44}

3 0 0
                                    


•Advertencia: Éste capítulo contiene escenas explícitas, sexo y sangre.

Elizabeth

¿Qué? ¿Pasó otra semana? ¡No me digas!
Y a todo eso por una chica de cabello moreno y piel turca había empezado a molestarme en la escuela. Pero como el universo a veces es retorcido, se suponía que la chica nueva tenía que ser la apaleado, fue al revés, la chica nueva era la que molestaba, una tirana bravucona, y..., bueno, comenzó conmigo; tal vez por mi apariencia de enana, que me visto mal y que tengo pelo raro que carece en costar peinarme, no lo sé. Pero me señaló con sus ojos furtivos y de ése gesto repulsivo de verme de pie a cabeza, y desde ése entonces...

Y como se dice "Dios los juntan" Ana Irina enlazó inmediato un vínculo con Paola y María. Justo con ellas, ahora eran tres que se formaban más fuertes y destructivas para apalearme en el campo de educación física.

Las tres perr*s para hacer sus coartadas perfectas primero seducian a varios muchachos fáciles, y luego los utilizaba para distraer a la tonta profesora al mismo tiempo que ellas hacían conmigo sufrir; acabando siendo pisoteada, golpeada, barrida y hasta con huesos dislocados.

¿Y dónde estaba John Grangerford? Para añadir a otro tonto en la lista, también ésas tres perr*s utilizaban como marionetas a esos compañeros del equipo para provocar a mi hermanastro y causarle que su estado emocional fuera explosivo, - Idea de María por cierto. - así obligarla a la profesora enviarlo a John a dirección todas las veces que quisiera como una pieza de estorbo, y así como dije, dejando el campo libre para ser yo maltratada y torturada. Sí, palabras confusas pero verídicas.

Intentaba no llorar en público, me hacía la fuerte..., como John, imitando sus agallas y comportamientos irónicos. Pero no siempre se podía ocultar con lo que me pasaba, tarde o temprano él se enteraría y la maldición que conlleva en las venas se aferraria más a sus carnes y corazón si me viera sufrir.

Ya no teníamos tiempo, la arena del reloj se estaba gastando de ése lado.

Por otra parte...

Se dice que la luna llena convierte a los hombres lobos, pero eso es una historia que les cuentan a los niños antes de dormir. La realidad era otra..., que sólo cuando hay luna los transforman, y si te conviertes más de tres veces en licántropo, te quedas para siempre en esa forma animal. No hay retorno, no hay cura, no hay esperanza...
Pero hay más, los misterios de la vida nos sorprenden inexplicablemente con metamorfosis variaciones como por lo visto el hombre lobo, lobizon y el más espeluznante que es el licántropo. Los tres cambiantes con el mismo fines depredadores con instinto de matar, o tal vez me equivoqué en uno y debería descartar al lobizon, al lobizon porque actúa como hombre dentro de la forma de un perro con que caza para comer por la sobrevivencia y sabe ocultarse bien de la vista de la gente, en cambio los otros dos mencionados... pueden matarte si cruzas en sus caminos.

Era lo que se decía en los apuntes que Patricio me compartió lo investigado la otra vez que vino a mi casa y me había sorprendido.
Y los estaba estudiando detenidamente, bajo mi frazada con linterna en la mano durante de madrugada.

John estaba durmiendo en su cama, eso creía. No tenía noción del tiempo que había transcurrido, la concentración por las notas escritas a máquinas del chico pelinegro eran intensas, echaban frutos y...

Pronto un golpetazo azotó la puerta de salida. Mi linterna se me había resbalado de la mano y fue caído al piso por el julepe vibratorio dado en todo mi cuerpo.

Me quité de encima la frazada y me enderece para ver a mis alrededores del cuarto oscuro.

No podía asegurarme de que John estaba durmiendo porque la cortina me impedía verlo como cada noche.

Feroz. AullidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora