Capitulo 9

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CAPITULO 9

—Que mierda— pauso mirando a Nora, que estaba cepillando su dientes  al lado mío, mientras yo estaba sentada en la esquina de la bañera, Con mi pijama ya puesta.

—¿Porque dice esa palabra? — ella me mira a través del espejo.

—No dejo de pensar que aquél beso — me paré  me dirigí a mi habitación, ella comenzó a seguirme aún con la pasta dental y cepillo en la boca.

—En verdad te gustó… te gusta mi hermano — la miró de nuevo, ella vuelve a entrar al baño para  a enjuagarse la boca y volver a mi habitación, dónde nos sentamos y comenzamos a conversar sobre aquel tema que me estaba invadiendo los pensamientos.

—De verdad no sé qué me pasa, pienso en ese suceso a cada rato y pues…—me acosté sobré mi espalda en la cama, mire el techo y pensé en aquello— Fue increíble me gustó, pero me asusté… no sé si estoy molesta o solamente Pienso demasiado en aquel suceso — miro como ella se acuesta a mí lados.

—Fue que te gustó, eso es — comenzando a acomodarse a mi lado — eso se le llama amor a primera vista  o más bien suicidio— la miré rápidamente alarmada.

—¡¿Cómo hací?!— veo como ella entra su cuerpo bajo la sábana y yo le sigo— Dame un ladito— me lo da, apagué los bombillos desde mi cama, solo quedaban una lámpara de noche que tenía a mi lado.

—No se qué le viste a mi hermano, pero estás demente  Amiga… mejor vayamos a dormir ya tengo sueño y al parecer tendré pesadillas.—Nora  se alza  y apago la lámpara dejando que la oscuridad consumiera la habitación por completo.— Duerme ya, mañana será otro día y mucho mejor — dice abrazándome como si fuera un peluche.

—Igual para ti— digo y cerré mis ojos.

Ya han Pasado una semana de aquel suceso y no e visto a Aarón por ningún lado.

Estaba por tocar el timbre de la casa  Nora cuando de pronto  choqué con algo, pues y nada más y nada menos que el don Aarón, si Aarón el estaba al parecer llegando de algún lugar, al igual que yo. Lo miró por unos Mini segundos, para después con una vergüenza en mi rostro ya rojo, desvíe la mirada el parece que lo a nota y se ríe.

—¿Cuánto tiempo?— el rompe el silencio que consumía nuestro alrededor.

—Si mucho — responde sin siquiera dedicarme a míralo.

—¿Vas a entrar?.

Era algo obvió, pero solo me encojo de hombros.

—Estaba justo de tocar el timbre — digo por fin mirándolo. El sonreía con una seductora y linda sonrisa que le quedaba también en su rostro.

—No me has respondido los mensajes.—dijo comenzando a girar la llave entre sus dedos.

A  si… se me olvidó decirle esta parte que omití, Aarón me escribió, pues en realidad fue Nora para que le devolviera su teléfono que viera olvidado en mi casa la ultima v z que estuvimos juntas, fue como  hace apenas unos 3 o 2 días, en realidad fue hace unos 3 día mal contado, Pero fue. La cosa es que Aarón y yo nos estuvimos enviando texto desde entonces  y pues era aditivos estar en el teléfono hablar día y noche.

—Oh perdona, es que estado entretenida en otra cosa — de repente sonó el teléfono, lo miré, y de mi una sonrisa comenzó a formarse en mi rostro.

—¿Tu novio nuevo?— dice  con una voz un tanto fría, habré la puerta con la llave.

Mi que… Novio nuevo—

Entramos a al casa  recibiéndonos el olor a una rica galleta recién Horneadas seguro era la señora Morgan, quién es su tiempo libre le gustaba hacer todo tipo de recetas.

—No hablaba con mi novio, ya además que … —

El poso su dedo índice  sobre mi labio haciéndome callar.— Mi madre no me puede ver hací—lo miró de arriba a bajo y no le veía nada, solo su olor que dañaba el olor a las galletitas recién horneadas. Apestaba a alcohol.

Hice una cara de desagrado al acércame a él y olerlo a profundidad, su olor varonil no se encontraba; en cambio un fuerte olor a alcohol  era lo que lo invadía ahora.

—¿Porque hueles a puro alcohol?— cuestiones tapándome la nariz.

—Estaba divirtiéndome, no se nota — respondió bruscamente, comenzó a subir escalón por escalón hasta llegar arriba, hasta no volver a verlo más, entre a la Cocina y efectivamente estaba la Señora Morgan en ella sacando al parecer su último molden de galletas.

—Hola señora Morgan— digo haciendo que ella levante su cabeza y me miré.

—Hola linda —dice quitándose lo guante de cocina.— ¿Como has estados?—ella pone las galletas sobre la meseta isla. Caminé hacia ella y le dio una abrazo que ella corresponde.

—Es estado bien la verdad, ¿y tú?—  nos despegamos y le doy un sonrisa rápida.

—Aww,—  Ella da un supiera de cansancio — feliz por tener el día libre— mira hacía arriba— Ella está en su habitación creo no la e visto— yo asiento dando media vuelta caminado hacia las escaleras subiendo en ellas.

Al llegar notó la puerta entre abierta del cuarto de Nora corrí hacia esta  cerrado  en la habitación con una sonrisa de oreja a oreja, a darme media vuelta me tope con su hermano no con ella.

—¡!Que Haces Aquí!!—dice mis vista viaja por todo su cuerpo, tiene el abdomen descubierto, pude notar un tatuaje que no viera visto antes en su pecho una frase y otro en el brazo era como un símbolo, también vi que estaba en unos vaqueros.

—Lo siento estoy buscando a tu hermana — me doy vueltas.

—Pero esta es mi habitación, no la de mi hermana — volteó y miró todo a mi alrededor efectivamente era su habitación.

Que vergüenza— pensé.

—Perdón, ya me voy — comencé a girar La bisagra de la puerta, para poder salir, pero no lo logro.

El estaba por detrás de mi deteniendo mi movimiento del poder abrir la puerta.

—Quédate un rato— dice Casi en un hilito de voz. Mi cuerpo se extremes al sentir y escuchar su dulce y adictiva voz.

Su olor que invadía mi fosas nasales era el cormo olerlo hací de cerca, él era tan hipnotizante aunque olia a alcohol, pero tenia que pensar claro lo que hacía.

Me volvi hacia el y lo empuje —No...,  tu hermana me espera—

El me mira sorprendido al igual que yo, una sonrisa leve comenzó a formarse en su rostro.

—¿Que te pasa?—lo miro confundida al ver que solo me sonríe — di algo — pauso y lo miró fijo — O por lo menos emita algún sonido—

Es igual que la primera vez, di media vuelta y abrí la puerta no antes de que el depositara un beso en mi cabeza.

—Nos vemos bella durmiente — y hací me dejó.

Ya fuera de su habitación con la cara roja como un tomate, miré de nuevo para la dirección de su cuarto, el había cerrado la puerta.

Iba a tocar la puerta  de Nora, pero su voz  me detuvo— Hey llegaste— me volteó a vela con una sonrisa.

—Si llegué.

Nota del autor:
Imagen que ese es el (Hablo de la foto).

UN PERFECTO BESO BAJO LAS ESTRELLAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora