EL HIJO DEL REY HEROE

Ch180

HIJO DEL REY HÉROE

C180 CH 159: SALIDA (1)

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De vuelta en su habitación, Isis saltó sobre su cama y dejó escapar un grito ahogado lleno de frustración.

Revoloteando fuera de su cabello, la verdadera Sheherazade, que había logrado mantenerse oculta de la percepción de Sol usando su glamour, dejó escapar una risa como de campana mientras flotaba.

Esta risa no hizo más que aumentar la frustración de Isis, ya que sacó una almohada y se la arrojó a su amiguita.

"¡Oye! No es mi culpa que te hayas poseído por completo durante tu pequeño enfrentamiento".

Incluso mientras esquivaba el proyectil bastante lento, Sheherazade siguió riéndose de su amiga.

Había pasado bastante tiempo desde que cayó en el territorio Fénix y se hizo amiga de Isis y debido a esto, entendió las circunstancias de su amiga.

La posición de Isis dentro de la comunidad de los Fénix era difícil de ubicar.

A las bestias divinas en general no les importaba la autoridad que uno obtenía por derecho de nacimiento.

Como tal, a pesar de que ella era la hija de Nephthys, la Reina Fénix, realmente no les importaba a la mayoría de ellos.

Sin embargo, lo que importaba era que Isis era, sin duda, la más fuerte de su generación y ya se destacaba como duque.

No había duda de que pronto alcanzaría el nivel de Rey y todos los Fénix estaban de acuerdo en que tenía muchas posibilidades de convertirse en la segunda semidiós del clan Fénix.

Tal pedigrí debería haberla convertido en la Fénix más amada y respetada.

Pero había un pequeño problema: su padre.

pagTodas las bestias divinas, sin importar cuán pecaminosas o virtuosas, odiaban absolutamente la nigromancia ya que iba en contra del orden natural. Y como el primer y más fuerte nigromante, no sería un error decir que Anubis era el ser más odiado en el reino Astral.

Hubo muchos casos en los que algunas de las bestias divinas propusieron un ataque total contra él antes de que se convirtiera en un semidiós.

Esto puso a Isis en una situación muy incómoda.

Los Fénix no la intimidaron abiertamente, pero al mismo tiempo, no ocultaron su aversión hacia ella.

Es por eso-

"Dime la verdad. Estabas feliz, ¿verdad?"

Sheherazade dejó de reír cuando aterrizó sobre la cabeza de su amiga.

Cuando estaba con su padre, nadie la desafiaba ya que era la princesa de los muertos. Mientras tanto, en el mundo de su madre, nadie le hablaba.

Debido a esto, para Isis, esta debería haber sido la primera vez que encontraba a alguien con quien discutir.

Sonrojándose un poco por esto, Isis resopló y apartó la cabeza.

"De todos modos, necesito vengarme. ¿Podrías convertirlo en una rana o algo así?"