🧡🖤Al parecer el clima seguía conspirando en contra de Azumi. O al menos eso era lo que ella pensó al abrir la puerta de su casa y ver que las nubes grises dejaban caer algunas gotas de lluvia. Suspiró con pesar abriendo el paraguas que se había asegurado de llevar para caminar junto a él.
Kei la esperaba afuera, esta vez no fue necesario llamarla porque apenas se detuvo frente al domicilio de los Kimura la puerta se abrió.
El rubio disimuló una carcajada al ver las enormes ojeras que su vecina tenía.
—Buen día, Tsukishima —dijo ella con un bostezo.
—¡¿Azumi?!¡¿eres tú?! —bromeó—. ¡Mierda, pensé que los del zoológico perdieron a un mapache!
Ya se estaba volviendo una pequeña costumbre que le golpeara el costado con el codo.
—Luciría mucho mejor si cierta persona no fuera tan egoísta al compartir un paraguas —respondió aniquilándolo con la mirada—. Creo que voy a agarrar un resfriado, anoche casi no pude dormir, tenía escalofríos y los mocos.
—¡Que asco!
—¡Es tu culpa! —dijo ella—. Pero ya vámonos, hay que caminar mucho...
—Solo porque estas enferma iremos en autobús.
—Oh, señor Tsukishima, gracias por su piedad —respondió con sarcasmo.
—No me hagas arrepentirme... —advirtió.
—Eres como un dictador ¿sabías? —se burló.
—¡Oh, no imaginarías quien era un verdadero dictador en la cancha! —dijo él, ganándose su atención.
—De seguro solo lo dices para molestar —aseguró—. Él no parece ese tipo de persona...
Kei sonrió al mirarla, comenzaba a interesarle la forma en que Azumi percibía la personalidad de su compañero de equipo. Le parecía tan adorable e ingenua intuyendo como era Kageyama realmente.
—¿El tipo de persona que cree estar por sobre todo el mundo? —preguntó—. Entiendo, nunca escuchaste la historia ¿verdad?
Para fortuna de Azumi, el autobús detuvo su marcha frente a ellos. Así que antes de que Kei pudiera seguir hablando ella se giró hacía él, cerrando el paraguas y con una mirada tan filosa que podía cortarle esa venenosa lengua.
—Lo odias ¿verdad? —preguntó—. Es por eso que haces esto ¿no?
Ni siquiera esperó su respuesta, solo subió al vehículo y camino hasta un par de asientos vacíos en la parte de atrás. Evitó la mirada del rubio mientras se acercaba al asiento, estaba molesta, incluso por un momento se cuestionó si hacer todo aquello con Tsukishima era una buena idea. Recordó por instantes lo amable y divertido que era Kei cuando ambos eran un par de mocosos que se juntaban para jugar, y como de repente, como por arte de magia dejó de serlo para transformarse en ese ser humano lleno de sarcasmo, el que todo el tiempo parecía tener una molestia en el culo.
—Tal vez... —confesó.
Azumi suspiró con una notable molestia, se cruzo de brazos y sacó sus audífonos.
—El hecho de que ayer hayas actuado de esa forma tan posesiva frente a Kageyama tiene que ver con que lo odias ¿estoy en lo cierto?
Kei no entendía porque ella estaba actuando de esa forma. Incluso, llegó a molestarle el hecho de que actuara así cuando apenas habían comenzado con su mentira desde hace un día.
ESTÁS LEYENDO
Todas las cosas que debí decirte; Tsukishima Kei
Fanfiction¿Qué pasaría si unes en un elaborado plan a una chica obsesionada con el romance con un chico mas frío que el hielo?. Azumi y Kei tienen un trato, ella lo ayudará a pasar su último examen y él la ayudará a cumplir su sueño romántico con el chico del...