20. Amarte me está arruinando la vida.

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🧡🖤





Los ánimos del rubio habían caído por el suelo después de la pelea que tuvo con Azumi. Podía soportar de todo, menos tener que ver como con cada pequeña acción la perdía cada vez más.

La reunión con los patrocinadores había sido bastante positiva. Al menos esa parte de su vida marchaba bien en medio de tantas situaciones que lo deprimían sin descanso. El trato con los patrocinadores era ventajoso, aunque el motivo original por el que le interesaba conseguir esas ventajas ya no estuviera al alcance de su mano y cada vez se volviera una realidad más lejana.

Todo lo que había soñado en un momento se desvanecía segundo a segundo.

Cuando volvió a su casa, sin dejar de pensar en el estúpido beso de Murao y en que tendría que lidiar con la manager de los Sendai Frogs la próxima vez que la viera, se dejó caer sobre su cama con la esperanza de quedarse dormida, el día siguiente tenía clases por la mañana y la ayuda al entrenador Ukai por la tarde. Al menos mantenerse ocupado gran parte del tiempo le sería de utilidad para no pensar en la chica de la casa de en frente.

Un par de golpes en la puerta lo hicieron fruncir el ceño y volver a ponerse sus lentes.

—Mamá, ya dije que no voy a cenar hoy.

—¡No soy tu mamá, Tsukkidiota! —la voz inconfundible de Tadashi lo hizo levantarse de la cama y abrir la puerta.

—Yamaguchi ¿qué haces aquí? —preguntó el rubio.

—Hace bastante tiempo no pasamos tiempo juntos, y creo que tenemos muchas cosas por hablar.

Kei espiró y dejó entrar a su mejor amigo, cerciorándose de que nadie más estuviera cerca de la puerta para escuchar todo lo que tenía que decirle a su único confidente.

—¿Cómo va todo con tu carrera? —preguntó el de anteojos acomodándose en la silla de su escritorio, mientras escondía disimuladamente los anillos de papel que tenía encima.

—Bastante bien, es algo que me gusta bastante.

—Me alegro por eso —respondió Kei con honestidad.

—¿Y tú? —inquirió el joven de pecas—. ¿La universidad, los Sendai Frogs y Azumi?

Tsukishima hizo una mueca de tristeza al escuchar el nombre de la chica. Podía fingirse indolente frente a todo el mundo, pero no frente a la persona que mejor le conocía desde la infancia.

—El primer día de universidad estuvo bien, los Sendai Frogs son un gran equipo. Pero con Azumi las cosas van de mal en peor.

Yamaguchi se sintió mal por la forma en que su amigo lucía al hablar de la chica, necesitaba encontrar una forma de ayudar con sus problemas. El muchacho de pecas no podía negar que durante el tiempo que su amigo y la chica estuvieron juntos había adquirido cierta especie de cariño por ella.

—¿Siguen sin hablarse?

—¡Mucho peor! —confesó el rubio—. La manager del equipo consideró que era una grandiosa idea robarme un beso en la cafetería de la universidad y Azumi vio todo.

—¡¿Qué?!

—Salió corriendo y la perseguí solo para besarla a la fuerza y hacer que todo fuera mucho peor... — soltó el chico.

Yamaguchi casi se atragantó con saliva y empuño su mano, estuvo a punto de estamparla en el rostro de su mejor amigo, por suerte para Kei, el pecoso se contuvo.

—¿Alguna vez te han dado un puñetazo en la cara?

—Nunca —respondió el rubio alejándose instintivamente de su amigo—. ¿Por?

Todas las cosas que debí decirte; Tsukishima KeiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora