La primera broma que realizaría en Hogwarts tenia nombre y apellido desde el día uno.
Draco Malfoy.
Ese chiquillo que se atrevió a insultar a mis amigos y molestarlos. Alguien lo tiene que poner en su lugar, y quien mejor que los gemelos y yo.
Los gemelos y yo llevamos dos semanas planeado la broma. Debíamos ser cuidadosos, sobretodo yo, para no ser descubiertos. Todo tenía que estar programado para que funcione cuando Malfoy entre al gran comedor, el día de fin de curso.
Esa noche, todos los alumnos estábamos asignados a usar el sombrero negro puntiagudo. Draco se llevaría una sorpresita cuando se lo ponga, pues baba roja y brillosa caería sobre él, la cual no se podría quitar por unas cuantas horas. Además, la comida de los Slytherin sabría a moco de troll. Eso último fue una venganza por el juego sucio de Quidditch.
Para que los gemelos hechicen las comidas debía de haber una distracción. Para eso le pedí ayuda a Seamus. Parece ser que tiene una afición por la pirotecnia.
"Acepto, pero con una condición" – señalo mi compañero - "Serás mi novia."
Por supuesto que me le reí en la cara. Si fuese Wood quien me lo pidiese, no lo dudaría. Pero ser novia de Seamus implicaría salir con una bomba andante. Me negué a esa condición y le expliqué que podía buscar a alguien más para la broma. A final de cuentas termino aceptando.
Seamus haría que, cuando Malfoy intente beber de su copa, esta explote. Y es ahí que la baba caería sobre él y la comida de las serpientes cambiaria de sabor gracias a los gemelos y yo.
Que día excelente sería.
La emoción y la anticipación se sentían en el aire mientras los estudiantes llenaban el Gran Comedor para el almuerzo. Los gemelos y yo nos sentamos junto a Harry y Ron, listos para presenciar el momento en que nuestra broma se llevaría a cabo. Con disimulo, intercambiamos miradas cómplices, sabiendo que el momento de actuar se acercaba. Seamus, nuestro aliado en esta broma, estaba preparado para hacer su parte con su habilidad para la pirotecnia. Mientras tanto, nosotros teníamos la tarea de hechizar la comida de los Slytherin para que supiera a moco de troll.
La tensión aumentaba a medida que la hora se acercaba. Observamos cómo Draco Malfoy entraba al Gran Comedor, ajeno a lo que le esperaba. Con sigilo, esperamos el momento adecuado mientras el sombrero negro puntiagudo se encontraba frente a él. Solo debía ponérselo para que el plan se ponga en marcha. Seamus puso su parte en marcha en el preciso instante en que Draco intentó beber de su copa, la cual explotó, haciendo también que la baba roja y pegajosa cayera sobre él. Las risas y los murmullos se extendieron por el Gran Comedor mientras Draco trataba desesperadamente de limpiarse.
Al mismo tiempo, los gemelos y yo hicimos que la comida de los Slytherin cambiara de sabor, añadiendo un toque desagradable que les recordaría a Draco y a sus compañeros el juego sucio que habían hecho durante el Quidditch.
El caos reinó durante unos momentos mientras Draco luchaba por limpiarse y los Slytherin experimentaban el sabor desagradable de su comida. Nos miramos con satisfacción, sabiendo que habíamos logrado poner a Draco Malfoy en su lugar y darle una lección. No esperábamos que deje de ser un capullo, pero esta advertido desde ahora.
Mientras el alboroto se calmaba y los profesores intervenían para restaurar la calma, nosotros nos regocijamos en el éxito de nuestra broma.
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Ya subiendo al tren para la vuelta a casa todavía se hablaba de Malfoy y su estado rojo y pegajoso. Ron y yo nos adelantamos para conseguir un compartimento vacío al cual se nos Hermione y Harry. Titi se sentaría con su hermana, pero le dije que iría un rato con ella luego.
Durante el trayecto hablamos de lo mucho que disfrutamos este año. Las cosas nuevas que aprendimos, conocer Hogwarts y más.
Antes de que el tren llegase a la plataforma 9 3/4, pase por el compartimento donde Neville, Seamus y Dean estaban y charle con ellos. Ya llegando a la estación volví con los chicos y me despedí de ellos, no sin antes prometernos de vernos durante el verano.
Bajando del tren, busque con la mirada a mi familia. Todos me esperarían pues iríamos a la casa central para darme la bienvenida nuevamente, de seguro querrán oír como fue mi primer año.
Visualice a tía Clara llamándome con la mano y me acerque a ellos. Mamá fue la primera en abrazarme y llenarme de besos.
"No sabes cuánto te extrañe mi niña preciosa" – me decía sin soltarme.
Le devolví el abrazo con una sonrisa. Había extrañado a todos y no podía esperar a contarles todo. Luego de saludar a todos comenzamos el camino hasta alejarnos de los muggles para aparecernos en mi casa. Dejamos mi equipaje en mi habitación y fuimos a la casa central donde los del pueblo nos esperaban.
Había un cartel de bienvenida, banderines de la casa Gryffindor, comida y bebidas. Todos me dieron la bienvenida y compartimos un lindo momento.
Omití en parte la broma a Malfoy. Simplemente comenté que tuve que poner en su lugar a un chiquillo. Aunque el tío Remus me miro con sospecha.
El día termino con mamá volviendo a casa. No me di cuenta lo agotada que estaba hasta que me acosté en mi cama. No llegue ni a poner el pijama ni lavarme mis dientes antes de caer en un profundo sueño.
Espero que estas vacaciones sean sensacionales como las anteriores. Verme con mis amigos y pensar lo que nos espera el siguiente año en Hogwarts.
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