A la mañana siguiente, ambas jóvenes se frotaron los ojos cansadas, habían pasado la madrugada escuchando música y dándose caricias silenciosas. Si bien hubieron algunas veces en las que Lucía comenzó a quedarse dormida, pronto ella misma se forzaba a dejar a un lado el sueño, no quería que nada rompiera ese mágico momento hogareño, y mucho menos una pesadilla de las suyas.
Amelia sí que se había quedado dormida en algunos momentos, pero pronto se despertaba al estar alerta de que a la morena no le pasara nada malo.
Ambas sabían que esa era una situación poco saludable, pero tampoco es que pudieran hacer mucho más.
—Haré el desayuno—dijo Amelia besando su cabeza—Espérame aquí—La ayudó acomodarse en el sofá y se sentó cuando Lucía tomó su mano.
—¿Por qué tienes que hacerlo todo tú...?—La miró apenada.
—Porque tu ya has hecho más que suficiente cariño...—Le acarició la mano y se inclinó para mirarla a los ojos—Por favor, déjame mimarte.
—Pero no hace falta Ames...—Suspiró manteniendo la mirada—¿Por qué molestarte tanto?
—Lu... Tampoco te estoy haciendo de sirvienta, sólo es que tu... Has sufrido mucho luchando por nosotros y yo... No he hecho más que quejarme y revolcarme en la miseria este tiempo... Pero ahora puedo ser útil haciendo cosas para la persona que quiero... Para tí.
Los ojos de Lucía brillaron con las lágrimas que amenazaban a escapar y atrajo a Amelia para abrazar su cintura, pues era por donde le llegaba al estar sentada.
—Vale pero... No te obligues a hacer cosas que no quieras o puedas...
—Está bien Lu—Sonrió—No te preocupes—Le devolvió el abrazo y la peinó cariñosa.
Lucía sonrió y dejó que se fuera a hacer el desayuno sin hacerle perder más tiempo. Ella se fue y la morena se quedó mirándola trabajar desde el sofá, era una visión que había hachado mucho de menos y poder verla de nuevo le encantaba. También quería ir y abrazarla por la cintura, apoyar la cabeza en su hombro y ayudarla a cocinar, pero todo le dolía demasiado como para mantenerse por sí misma de pie un largo rato.
Pasaron unos minutos y Amelia volvió con ella llevando un par de platos con tortitas, los dejó en la mesa y se sentó junto a ella.
—Aprendiste a hacerlos—Felicitó la castaña—Por fin—Bromeó guiñándole un ojo.
Amelia se sonrojó y le tapó la cara con una mano avergonzada.
—Me recordaban a cuando me los hacías cuando estaba mal...
Lucía dio una pequeña sonrisa de lado y apartó su mano con cuidado, la tomó y atrajo a la chica para besarle la sien.
—Entiendo.
Amelia sonrió y le ofreció un tenedor.
—¿Puedes o te lo doy?
—Creo que puedo apañarme, hermosa—Le sonrió y tomó el tenedor, cortó un trozo y lo llevó a su boca, masticó y tragó—Wow...
—¿Te gustó?—Preguntó Amelia nerviosa comiendo un pedazo del suyo.
—Desde luego.
—¿En serio? Dime la verdad—Le pidió poniendo una mano en su rodilla.
Lucía sonrió ante su insistencia y apoyó su mano sobre la suya mirándola a los ojos.
—Amor, me encantó, de verdad.
La peli lila suspiró aliviada y apoyó la frente en su hombro.
—No quería hacer mal tu receta.
—Está genial Ames, no te preocupes. De hecho, es lo mejor que he comido en años.
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🏠Coming Home🏠(Lumelia/Toh) (Español)
FanfictionUn fanfic de Angst/comfort Lumelia que trata de una novia vacía que anhela el bienestar de su chica en el ejército, quien está impaciente por volver con sus seres queridos. Ó Básicamente una idea que me ha surgido de la nada a la 1AM porque hoy ya...