Caso 6: Una Farsa (Pasado)

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Y otros 12 días habían pasado, y algo que me llamaba la atención era que, incluso sabiendo cuándo ocurriría cada asesinato, y conociendo casi a la perfección quiénes serían las víctimas, no éramos capaces ni de prevenir las muertes, ni de encontrar al asesino.

Ambos van a cambiar hoy, de eso estoy seguro. Porque capturaré al asesino con mis propias manos. Ya sabemos quién va a ser la víctima, pero no si podemos evitarlo.

Claro está, costó convencer al señor Conan de que esto era lo mejor, aunque Ailén nos prestó toda su ayuda. Al final, aceptó a regañadientes, aunque sabiendo que si no lo hacía, era todavía más probable que el asesino lograra acabar con su hija.

El plan era simple, y habíamos evitado comunicarlo por cualquier dispositivo electrónico para evitar posibles filtraciones. De esta manera, los únicos que conocíamos todos los detalles, éramos los que íbamos a actuar; yo, Ailén, Derek, Zoe, uh..., ¿Madoka?

Ya lo teníamos todo preparado, y si no nos equivocábamos, el asesino habría estado espiando a Ailén y Conan para conocer todos los detalles, tal y como supuestamente hizo con la señora Mizuki. Solo para que lo sepáis, el único sitio en el que hablamos del plan era en la agencia, en sitios cerrados por los que era imposible espiar.

Así que, si de verdad el asesino ha estado espiando a Ailén, sabría perfectamente que tiene que pasar por las escaleras para no llamar la atención de Conan y entrar en la habitación de la derecha.

Por lo que Ailén se quedaría en la habitación de la izquierda, y la única razón por la que se quedaba en casa era porque no sabemos hasta qué hora habría estado el asesino espiando antes de empezar a ejecutar su plan.

Era arriesgado, pero si lo conseguíamos, tendríamos acorralado al asesino.

Zoe y Derek se encontrarían escondidos en el armario de la habitación de Ailén, mientras que yo y Mantequilla nos esconderíamos en un arbusto del jardín.

Aunque, en estos momentos, estábamos en aquella sala cerrada de la agencia, hablando todos sobre el plan.

- ¿Estás seguro de esto, Elder? Una vez empecemos, no hay vuelta atrás. - Menciona mi compañero Derek. Y tiene razón, excepto en una cosa. Nunca hubo vuelta atrás.

- Estoy completamente seguro. - Digo casi entre susurros. - Bueno, solo si la pequeñaja también lo está.

- ¡Por supuesto, estoy dispuesta a darlo todo! - Exclama alegre la pequeña mientras yo le revuelvo el pelo. Le gusta que lo haga, y a mí me gusta hacerlo, porque pone una cara demasiado mona cuando lo hago. - ¡Je, je!

- Supongo que hasta ella tiene una parte de niña pequeña. - Sonríe Zoe guiñándole un ojo.

- Además, Elder, te recuerdo que fue la cría la que vino con este plan. - Nos hace recordar Madeline..., ah, perdón, casi me equivoco de nuevo con su nombre.

- Cierto, Macarena. - Espero haber acertado esta vez.

- ¿Tú lo haces a propósito, verdad...? - Mierda. Bueno, consigo hacer que Ailén vuelva a reírse, así que mereció la pena.

Pero lo que dice es verdad, todo este rollo de escondernos e intercambiar las habitaciones se le ocurrió a una niña de tan solo 5 años. Bueno, creo que ya deberíamos empezar a decir que tiene 6, mañana es su cumpleaños al fin y al cabo.

Qué rápido crecen..., y más rápido aún se pasó el día, pues antes de que me lo esperase, ya era el día de la gran actuación.

Nos dirigimos bastante temprano a su casa, aunque usamos la excusa de 'estar investigando', pues sabíamos que era probable que el asesino estuviera espiando. No mencionamos absolutamente nada del plan, todos sabíamos lo que había que hacer.

12 Rosas MuertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora