Caso 8: Terreno de un psicópata (Presente)

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- ¿Cómo te encuentras? - Me pregunta mi compañero Yael, que tiene una mano puesta en mi espalda mientras yo apoyo las manos en el retrete esperando a que salga más vómito. Parece que ya ha cesado. Creo que todavía no me acostumbro a esto.

Estamos exactamente a 14 de febrero, San Valentín, y aunque sabía que hoy habría otro asesinato, nunca me esperé que fuera tan macabro.

- Bien... Creo que ya lo he echado todo. - Me quejo dejándome caer en el suelo mientras Yael se encarga de limpiarlo todo. - Gracias.

- No te preocupes, tenemos cosas más importantes de las que encargarnos. - No voy a negarlo, me da muchísima pena la señora Ágata. Acaba de perder a su hijo de tan solo 12 meses de la manera más surrealista y macabra posible, y cuando llegan los detectives una de ellas empieza a vomitar. Por suerte parece ser simpática, a pesar de lo ocurrido, y repitió una y otra vez que no pasaba nada, que entendía que nuestro trabajo era muy demandante y que se me notaba en la cara que había empezado a trabajar hace poco.

Es cierto que hace 12 años la víctima también tenía solo 12 meses, pero la diferencia es que en esta ocasión, el asesino parecía simplemente querer divertirse.

La forense todavía no ha llegado, así que deberíamos ahorrarle trabajo empezando a investigar cuanto antes.

Me dirijo de nuevo a la habitación de Iker, la víctima de este caso, tratando de no mirar directamente la escena por lo macabra de esta.

Un montón de dibujos hechos con tiza y sangre, dibujos macabros como crucifijos o ángeles y demonios, todo en las paredes decorando macabramente una cama llena de peluches que miran directamente al protagonista de esta ocasión, Iker, que está en medio de estos con una sonrisa dibujada con tiza y los ojos completamente arrancados. Ninguno de los dos ha sido encontrado, es como si el asesino se los hubiera llevado como 'premio'.

- Ailén, si necesitas descansar, yo y Derek nos encargamos. - Sugiere Yael.

- Estoy bien... Gracias por la preocupación. - Fuerzo una sonrisa antes de acercarme al cadáver. Es lo primero que se tiene que investigar siempre.

- ¿Por qué investigamos esto? - Pregunta Derek. - Está claro que la asesina ha sido Ágata, la madre. - ¿Por qué Derek parece estar tan nervioso? En el anterior caso, me hubiera atrevido a decir que estaba tratando de interferir en la investigación.

- ¿Y tú te consideras detective? - Le interrumpe Yael. - Nuestro trabajo es siempre buscar la verdad más oculta. ¿Por qué iría un asesino en serie así a arriesgarse a matar a su propio hijo solo por diversión?

'Nuestro trabajo es siempre buscar la verdad oculta'... No pude evitar pensar en la única frase que recuerdo del detective Elder.

'La única verdad en la que puedes creer, es en que no existen las verdades'. Sigo pensando en ello hasta el día de hoy.

- ¡Y yo que sé, puede tener mil motivos!

- Eh, Derek, ¿qué cojones te pasa? - Le pregunto lanzándole una mirada asesina. - Somos detectives, no venimos a discutir. Deja tu falta de profesionalidad y tu inmadurez para cuando salgamos de aquí.

- Ugh... Venga ya, Ailén, ¿tú también...?

- ¿Cuál era el estado de la casa a la hora aproximada del asesinato? ¿Y cuál es la coartada de la madre? - Esta vez, mi mirada va directamente hacia Yael, ignorando por completo la actitud de niño pequeño que está teniendo Derek.

- Todas las puertas y ventanas estaban cerradas desde dentro. Solo hay dos puertas, la entrada y la puerta trasera, y una ventana que siempre se encuentra cerrada. La señora Ágata testifica que se encontraba durmiendo en su habitación a la hora del asesinato.

12 Rosas MuertasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora