Capítulo trece

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¡Hola a todos! Aquí os traigo otro capítulo más, lo siento por la tardanza~~ Espero que lo disfrutéis


Loki se debatía entre despedirse de Strange o no. Él le pediría explicaciones, le preguntaría sobre dónde se iba a ir. ¿Cómo podría decir que había vendido prácticamente su libertad para salvar a su pueblo? Se pasó una mano por su vientre, aún vacío y que próximamente iba a estar ocupado. Porque eso era lo que le había prometido al Gran maestro: Un heredero legítimo. Y es que no se podía decir que aquel hombre tenía más de un hijo no reconocido aunque ninguna madre se habría atrevido a reconocerlo por miedo a que lo matasen. Pero aquel endiablado se había encaprichado del él y en cuando supo que era un cambiaformas...su petición fue clara: Quiero que te cases conmigo y me des un hijo.

- Estas preocupado.- escuchó la voz de Wanda detrás de él. Se encontraban en mitad del pasillo. Loki acababa de dejar su habitación.

-Esa habilidad tuya para leer las emociones es molesta.- se quejó el otro. Ella solo se encogió de hombros.- No es nada que os tenga que preocupar. Son cosas mías. – dijo sin más y empezó a caminar para anunciar que se iría a los demás.

Los vengadores se encontraban en una zona ajardinada donde habían colocado mesas y sillas para poder disfrutar de los días soleado, como aquel. Suspiró y se acercó con una sonrisa arrogante en sus labios.

-Vaya creíamos que nunca saldrías de tu habitación.- comentó Steve al verle.

-Necesitaba recuperar mi magia y curarme.- explicó a medias y vagamente.- ¿Habéis visto a mi hermano?- Todos negaron.- Bueno pues tendré que irme sin despedirme.

-¿Te vas?- esta vez fue Stephen quien habló y se levantó de su silla para acercarse al moreno. Se podía ver la confusión.- ¿Tan de repente?

-Sí.- dijo escuetamente y apartó la mirada.

-¿Por qué no me da buena espina?- le interrogó.

-Porque quizás cuando pueda volver tú seas un viejo senil.- le miró sin sonreír. La boca le sabía amarga como aquella despedida.- Me encantaría mentirte pero creo que tú no te lo mereces. Tengo asuntos pendientes, pagos de deudas que tengo que cumplir.

-No será otro titán loco ¿no?- Preguntó Burton.- Porque no pienso volver a jugarme el cuello.

-Tranquilo pajarito, donde voy me van a tratar como el rey que soy.

-¿Qué deuda?- preguntó Strange.

Loki lo abrazó suavemente y pegó sus labios a su oreja.- Por favor, no me pidas que te lo diga. Me avergüenzo de ello.

Notó como el otro suspiraba y le rodeaba con sus brazos y enterraba su cabeza en el cuello del moreno. Aspirando el aroma de su amigo. Se había acostumbrado demasiado a su presencia, a sus bromas pesadas, a tener que detener sus planes y a los largos debates. Se separaron lentamente y Loki besó su frente.

-¿No me puedes dejar uno de esos espejos mágicos para poder hablar contigo?- preguntó el hechicero, intentando que no se notase su pena.

-No- y eso le cayó como un jarro de agua fría.

-¿Tanta vergüenza te dará que te vea?- le preguntó.

Loki fue hablar pero un trueno en el cielo y unas oscuras nubes se lo impidieron. Se estremeció. Conocía aquella furia salvaje. Su hermano lo sabía y venía dispuesto a pedir explicaciones. Maldijo a la valkyria por contárselo. Tenía que haberse ido antes.

Un rayo cayó al suelo, quemando el verde césped y dejando allí la presencia de un verdadero Dios. Su ojo estaba blanco por la electricidad que corría por su cuerpo y de sus manos salían chispas. Loki invocó sus dagas y se puso a la defensiva.- Thor, respira.- le pidió.

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⏰ Última actualización: Jul 16, 2023 ⏰

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