Capítulo 1: Conociendo a una Desconocida

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Después de un agotador día de clases me encontraba en el tren, regresando a mi casa como siempre

El color rojizo de las nubes evidenciaba (una vez más) lo próximo que el sol estaba por esconderse. Todo parecía tan normal y monótono.

Pero por dentro me sentía destruida; había tenido un día horrible en la escuela por culpa de un profesor exigente y unos tíos bien fastidiosos.... Sólo quería irme a mi casa y tirarme en la cama.

Como era la hora punto, el vagón en el que yo estaba se había llenado de gente. Todos apretaban a todos y me era difícil siquiera moverme.

Viéndome en tal escenario lo único que pude hacer fue resignarme a matar el tiempo en lo que pudiera, ignorando la incómoda situación en la que me encontraba.

Sin embargo, sentí un delicioso aroma detrás mío. No fue algo muy importante a mi parecer (al menos me acompañaría un agradable olor durante el trayecto).

Mientras pasaba el tiempo el olor continuaba para mi placer, pero ocurrió algo que no me lo esperaba.

En medio del gentío sentí que alguien me toqueteaba el trasero.

Me indigné (lógicamente), pero no pude hacer nada debido a lo limitada que me encontraba en medio de ese tumulto.

De repente una mano me tapó la boca. La desesperación aumentó en mi interior.

- No intentes gritar —me dijo una voz femenina—. Esto apenas se pone divertido

¿Una tía? ¿Es una tía la que me está toqueteando el culo? ¡Dios mío! Tremenda suerte me ha tocado....

Viéndome imposibilitada y rodeada de un montón de gente más alta que yo, me percaté que debía acostumbrarme a lo que me pasaba.

Sentí la mano de la mujer "inspeccionar" mi trasero a su gusto. Aquí y allá llevaba sus dedos, abarcando cada ángulo de mí.

Después a la desconocida no se le ocurrió otra cosa que adentrarse por debajo de mi falda.

Su mano llegó a mis bragas, enfocándose en tocarlas repetidamente.

- Qué adorable —decía la mujer—. Quisiera saber de qué color las tienes puestas

Todavía me sorprendía el hecho de que nadie se haya dado cuenta de esta acosadora.... ¡Literalmente una tía pervertida le está tocando el culo a una adolescente! ¿Nadie ve esto o sólo ven lo que les conviene?

La mujer continuó tocándome.

No obstante, como si el hecho de estar manoseando a una estudiante de secundaria no fuera suficiente para ella, se le ocurrió bajarme las bragas aquí mismo.

Mis ojos se abrieron de golpe y mi respiración no tardó en alterarse.

Los suaves dedos de la mujer empezaron a rozar mi parte privada. Una y otra vez me estimulaban a un ritmo casa vez más creciente.

Como era evidente, la estrafalaria situación fue responsable de que mi cuerpo me delatara. Los fluidos que demostraban mi excitación comenzaban a recorrerme hasta las piernas.

Supuse que la desconocida lo sabía (¡y hasta debió haberle encantado!), por lo que, sin más vueltas, optó por introducir sus dedos en mi interior.

Los dedos de la mujer me hicieron sobresaltarme un poco. Al principio se movían a un ritmo lento, permitiéndome el tiempo suficiente de acostumbrarme para su subsecuente aumento de velocidad..., cada vez más y más rápido.

Debido a que tenía su mano en mi boca, ni uno solo de mis gemidos se hizo audible.

Todo esto se sentía tan irreal; estaba siendo dedeada por una mujer en un vagón lleno de gente y nadie parecía percatarse de lo que me pasaba.... Este lugar no distaba mucho de la escuela (tampoco ahí se preocupan por mí).

Aguanté y aguanté todo lo que pude, todo lo que me fue posible; mi cuerpo me delataba descaradamente.

Sentí cómo mi temperatura corporal aumentaba a un ritmo drástico, así como podía sentir con más sensibilidad la tela de mi sostén rozando mis pezones ya endurecidos.... Ni hablar de lo mojada que estaba.

¿Por qué me sentía así? ¿Acaso me excitaba que una desconocida me hiciera esto en contra de mi voluntad? Suena un poco extraño....

Cuando el clímax estaba cada vez más cerca, se escuchó el anuncio de la próxima estación. Tras esto, la mujer se detuvo.

Quitó sus dedos de mi vagina, me subió las bragas, me bajó la falda y se acercó a mi oído.

- Si te gustó lo de hoy, entra mañana al último vagón de la izquierda a las 5:00 p.m. y quédate esperando en medio del gentío

Me dio un beso en la mejilla.

- Bye, pequeña

Me Enamoré de una PervertidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora