Capítulo 6: Con los Ojos Vendados

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No podía ver nada. Mi vista había sido cegada temporalmente por la oscura tela de esa venda que Maggie me había puesto.

En aquel entonces, al no poder guiarme por mis ojos, mis otros sentidos se agudizaron, brindándome una mayor sensibilidad tanto en oído como en tacto.

Dado a que yo tenía las manos amarradas, también me era imposible moverme a voluntad.... En pocas palabras, Maggie me había convertido en su presa.

- Qué linda te ves así —comentaba ella—. Te ves como una completa pervertida

Que me lo diga ella es irónico.

- No todas las adolescentes que uno se encuentra en la calle se prestan para hacer esto... —su voz se escuchaba cada vez más suave—, pero tú si querías en el fondo; estabas tan desesperada por conocer el mundo del sexo que dejaste que una adulta malvada te corrompiera.... Ahora tus padres no pueden decir que eres una niña sana y obediente

Sabía muy bien lo que Maggie pretendía con aquellas palabras; su intención era prepararme para lo siguiente....

De repente, siento cómo su mano se posa sobre mi pierna. Su mano sube y sube, llegando a mi muslo. Toda la sensación se agudiza para mí.

Me muerdo el labio y mi corazón empieza a latir cada vez más rápido.

- Te ves tan linda, Elena. Estás temblorosa sólo porque te estoy tocando.... Dime, ¿acaso te gustaría que siguiera haciéndolo?

No tuve ni tiempo de formular las palabras que le respondería.

La mano de Maggie ascendió hasta mi abdomen, siguiendo hasta mis pechos.

Ahora mi respiración se había agitado considerablemente. En el fondo anhelaba que ella siguiera haciéndome esto, que me tocara más.

Tomándose su tiempo, sintió lo suave que estaba mi seno, jugando con él en repetidas ocasiones.

De vez en cuando, pellizcaba mi pezón o lo jalaba con tal de hacerme chillar brevemente.... No tenía objeción alguna al ser tocada así.

Pero Maggie no tardó mucho para dar el siguiente paso y llevar sus labios hacia mi pezón, chupándolo con una mezcla de pasión y ternura.

Mis gemidos no se hicieron esperar. Lo increíblemente mojada que estaba era uno de los indicios de que la ocasión actual era más que placentera para mí.

De mi boca salía varias veces el nombre de la pervertida. Mi cuerpo, ya totalmente caliente, le invadía una eléctrica sensación al sentir la notable humedad de los labios de Maggie.

Tras unos minutos, ella se despegó, dejando mi pezón completamente babeado.

Mi corazón seguía latiendo a un ritmo acelerado. Esperaba con expectación lo siguiente que Maggie haría.

La mujer se tomó su tiempo en tantear los lugares de mi físico que le parecieran más atrayentes. En cierta forma, buscaba placer para su tacto y placer para su psique.

Alcanzó, tras un tiempo jugando conmigo, la humedad de mis labios de abajo.

Sintiendo con total detalle tanto lo de afuera como lo de adentro, supo en ese entonces que, al yo tener mi vista impedida, cualquier acto que hiciese en mi cuerpo lo experimentaría al doble al haberse agudizado mis otros sentidos.

Mi boca no dejaba de expulsar suspiros consecutivos, a la vez que esperaba con ansías lo siguiente.

- Te mojas bien fácil, mi niña. ¿Tanto esperabas a que yo tuviera ganas de "jugar" con tu coño? Eso es tan lindo de tu parte

Me Enamoré de una PervertidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora