Capítulo 9: Soy tu Propiedad

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Había llegado la noche. Maggie y yo nos dirigimos al parque más cercano, aprovechando que en esas horas reinaba una soledad absoluta.

Caminamos largo rato por los senderos de aquel lugar, buscando un lugar apropiado para realizar nuestras travesuras.

Yo iba vestida con una gabardina, la cual cubría las indecorosas prendas que yo traía por dentro.... Me causaba tremendo rubor en mis mejillas recordar en cada instante lo que traía debajo de esta larga tela abrigadora.

El suave viento nocturno nos rozaba gentilmente hasta que, finalmente, Maggie dio con el lugar que tanto quería, cerca de unos arbustos.

- Aquí —me dijo para después sentarse en el banco, dejándome a mí parada frente a ella—. Te daré tu recompensa aquí...

Tragué saliva, preparándome para sus siguientes palabras.

La pervertida me miró de arriba a abajo, sin molestarse en ocultar su lasciva mirada.

- Quítate la gabardina

Y así lo hice.

Al desabotonar cada uno de los botones de mi prenda, abrí la misma, mostrándole a Maggie lo que ella quería ver.

Le mostré mi cuerpo, decorado lascivamente con un pequeño y apretado sostén sin tela en la parte de los pezones, acompañado de una tanga excesivamente pequeña que hasta su tela se introducía en medio de mis nalgas, pero también mi propia piel estaba decorada con unas palabras bien guarras, como las que podían leerse en mi abdomen: "Propiedad de Maggie".

Cuando mi novia me observó, su sonrisita pervertida lo dijo todo.

Se mordió el labio, intentando no violarme ahí mismo.

Tiré la gabardina en algún lugar y simplemente me quedé esperando las nuevas palabras de la pervertida.

- Te ves tan apetecible..., Elenita.... Y pensar que esas tetas y ese coñito súper mojado tuyo me pertenecen

Me avergoncé, sin querer.

La pervertida se levantó, dirigiéndose atrás de mí.

Cuando sus pechos se posaron sobre mi espalda, al poco tiempo sentí su mano acariciar mi seno.

Ella daba vueltas con su mano, disfrutando la suavidad de mi piel.... Su manera de tocarme ahí fue suficiente para endurecer mis pezones y hacerme apretar el labio con tal de reprimir cualquier otro sonido mío.

- No puedes negar que también eres una pervertida —me decía, provocándome—. Me permites manosearte como se me antoje y no te quejas.... Es porque te gusta esto. ¿No? Te moja muchísimo que sea yo la que te esté tocando

- Si...

- Entonces ¿admites que eres una guarra?

- Sí, lo admito...

- Eres una sucia adolescente pervertida.... Tus padres ni saben que eres una putita en secreto

- Pero... sólo soy tu putita, Maggie...

No necesito imaginarme lo mucho que la excitó escuchar eso.

- Así que... sólo eres mi putita... —decía la pervertida—. Sólo mía...

Tras decir eso, me mordió el cuello.

A continuación, mientras me mordía cariñosamente el cuello y jugaba con mi seno, llevó su otra mano hacia mi sexo, acariciándolo repetidas veces.

Me estremecí al instante. Cuando los dedos de Maggie rozaron mis labios externos fue algo inesperado, pero placentero.

Luego de unos minutos de "calentamiento", ya estaba lo suficientemente húmeda para ansiar más en aquel entonces.

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⏰ Última actualización: Oct 20 ⏰

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