Cap. 10 - Personas como tú y yo.

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Posterior a ser despedidos con evidente premura por parte de Jooheon, Hyunwoo y Kihyun se instalaron en la casa de enfrente. 

Al igual que la otra residencia, ésta también se encontraba en buenas condiciones. El primer instinto de Hyunwoo fue buscar las habitaciones, pues estaban demasiado exhaustos de haber caminado todo el día como para hacer algo más.

Grande fue su sorpresa cuando se percató que solo había una recámara que contaba con una gran cama matrimonial en todo el domicilio. Para cuando Kihyun se enteró de esto, no dudó en tirar su mochila en una de las esquinas de la habitación para lanzarse encima del colchón con sus brazos extendidos.

—No hay problema, dormiré en el sillón —soltó Hyunwoo con algo de fastidio.

Kihyun suspiró aún boca abajo. Disfrutaba de la comodidad de la superficie, con sus ojos cerrados.

—A mí no me importaría compartir cama, pero como quieras, gruñón —dijo casi pujando por tener su mejilla aplastada contra el colchón—. Dios, quisiera quedarme aquí por siempre.

Para Hyunwoo fue un rotundo no. Así que se negó, avisando que lo despertaría mañana para irse. Recibió un sonido indescriptible por parte del chico en la cama, debido a que ya estaba más dormido que despierto.

Finalmente, Hyunwoo fue a la sala y se quitó los zapatos para recostarse. Había sido mucho tiempo desde que dormía en algo tan cómodo que el duro suelo, por lo que, sin siquiera saberlo, el sueño lo noqueó.

[...]

La mañana siguiente, sin más tiempo que perder y con sus cosas en manos, ambos se dirigieron a la casa de enfrente para despedirse de Jooheon e ir por la camioneta tal como habían pactado.

Tocaron la puerta unas cuantas veces, pero nadie les atendió. La brisa helada de la mañana les estaba pegando un poco, así que Hyunwoo giró el pasador de la puerta dándose cuenta que estaba abierta.

Primera bandera roja.

Al entrar al pasillo, siguió llamando a Jooheon por su nombre, sin embargo, tampoco obtuvo una respuesta. De pronto, parecía que el lugar estaba abandonado.

—Quédate aquí. Si escuchas o ves algo... grita —ordenó el moreno bajando la voz.

El aludido escuchó el crujir de la puerta, indicando que Hyunwoo había dejado la estancia.

Se quedó inmóvil por unos segundos,  pero al final cedió a su curiosidad. Dirigiéndose al comedor, se percató de que habían platos con algunos restos de comida que estaban casi frescos.

Ignoró todo lo demás y fue directamente al piano de la otra habitación. Pasó su mano por las teclas, tocando unas notas al azar.

Su incapacidad de estarse quieto le permitió darse cuenta que en la mesita de centro, descansaba un sobre blanco y una llave de lo que parecía ser un auto. Lo tomó sin dudarlo, leyendo en la superficie la siguiente nota: "Para quien sea, probablemente Hyunwoo".

En su defensa, la carta decía que "para quien sea", y él era "quien sea", así que la abrió.

Hyunwoo por su parte, se encontraba en la última de las habitaciones por revisar, encontrándose con la puerta bloqueada. No era posible que Jooheon y Changkyun se fueran de su hogar. Tenía un mal presentimiento.

El sonido de una puerta siendo cerrada lo puso alerta. Rápidamente, comenzó a llamar a Kihyun para confirmar que se hallaba fuera de peligro.

Como de nueva cuenta no obtuvo respuesta, fue directamente hacia donde lo había dejado y lo encontró sentado en una de las sillas del comedor, leyendo algo en una hoja de papel.

H O S T • ˢʰᵒʷᵏⁱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora