51. Podemos darnos una segunda oportunidad.

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La voz nos estremeció y nos separamos casi de manera inmediata.

Tomé la camisa del suelo y me la acomodé como pude, "¿Que haces aquí tan pronto?" pregunté fuera de mí, sabía perfectamente que no tenía derecho a cuestionar a nadie más que a mis propias actitudes y acciones.

"¿En serio eso es lo primero que me preguntas?" voltee a ver a Lyv, mantenía la vista en el suelo. "Salgan de la habitación antes de que llegué Leah."

Salimos de la habitación mientras me acomodaba los botones de la camisa, "Lyv," escuchamos decir a Jim, "límpiate el maquillaje de labios." me volteo a ver con lo que pude reconocer como decepción, "Alik, lo mismo, pero quítatelo del cuello."

Lyv me paso una toalla húmeda y nos borramos las marcas que nos habíamos dejado.

"Lo podemos explicar." salió de mi boca, pero, en realidad, ¿Cómo lo explicaríamos? No sonarían más que excusas baratas, palabras para excusar actos que sabíamos debimos haber detenido antes de que pasaran, antes de que escalaran. Pero no me arrepentía, y no sabía si eso era algo bueno o algo malo.

"No me expliquen nada a mí." dijo Jim levantando la mano hacia mi.

"No es lo que parece." dijo Lyv, Jim la miró con una expresión similar a la que me mostró hacia unos minutos antes, pero al mismo, tan diferente. "No..."

"Leah esta subiendo las escaleras," dijo Jim interrumpiéndola, "tienen suerte que su vecina la encontrará, por que si no, hubiera sido ella la que los hubiera atrapado."

Atrapado.

Esa palabra me destrozaba.

Atrapado.

Como si hubiéramos cometido un crimen, como si nuestro acto de necesidad de respuestas, de posible amor, fuera nada más que algo de lo que nos teníamos que arrepentir, de lo que nos teníamos que ocultar.

"Lo podemos explicar..."

"Explícaselo a Leah." me miró Jim con una mirada de rencor, de dolor.

"¿Qué me tienen que explicar?" se escuchó en casi un suspiro al final del pasillo, todos nos sobresaltamos y volteamos a verla; nos miraba expectante con sus grandes ojos verdes mirándonos confundida, la sonrisa disminuía por cada segundo sin respuesta.

Voltee con mi amigo, suplicándole su apoyo, solo necesitaba unos minutos para explicarlo, unos minutos para que me entendiera, "Que Lyv despertó," se escuchó la voz cansada saliendo lentamente de los labios de mi amigo, "y que fue por algo que había comido."

"¿En serio?" podía ver la expresión de Leah, no creía lo que acababa de escuchar, pero no diría nada, no hasta que tuviera más contexto.

"Me siento mucho mejor." dijo Lyv despacio, con apenas un hilo de voz.

"Me alegro tanto," sonrió la chica acercándose, "pensé que había ido a mayores, estuve tan preocupada, tuve que quedarme por unos minutos más, pero mi jefe entendió la situación y me dejó retirarme."

"Lamento que hayas tenido que regresar temprano..." dijo tímidamente Lyv, le rocé levemente el codo al ver como temblaba levemente, y noté como se tranquilizaba, "se lo mucho que trabajaste en esa fiesta."

"No te preocupes," desvió su vista hacía abajo y me separé de su amiga, "todo esta perfectamente."

"Olivia, ¿puedo hablar contigo un minuto a solas?" dijo Jim.

Miré a Leah sin saber que expresión estaba esperando de ella, pero me crucé con su mirada en mí, separé rápidamente mi vista y me aleje un poco más de la chica que estaba a mi lado, "Ven, amor." dijo lentamente Leah extendiendo su mano hacía mi, su voz era fría y meticulosa, "Dejemos que hablen a solas."

The Choice [PV's Harry]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora