XIII

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VUELTA A FRANCIA


Hoy vuelvo a la universidad, las vacaciones de invierno se me han acabado, ya que hace un par de días que inició el año nuevo, y qué mejor comienzo —nótese la ironía— que con una foto de mi ex novio y una de mis ex mejores amigas comprometiéndose.

Somos muy jóvenes para comprometernos, pero lo que me sorprendió fue el mensaje del número desconocido que me mandó la foto, con un pie de foto que decía: «llevamos mucho más de lo que te imaginas», por lo que supuse que llevarían más o menos saliendo unos meses después de que él y yo empezáramos a salir.

No quiero insultarlos ni llamarles nada porque no se merecen que piense en ellos, pero me ha afectado mucho más de lo que había pensado, incluso hablando con mis padres y mis amigos, que normalmente es lo que me suele calmar y hacer que deje de pensar en ello.

Me despido de mis padres con un abrazo en el aeropuerto, donde están permitidos los acompañantes, a partir del control de seguridad tengo que ir sola, como fui la última vez hacia Toulouse, pero esta vez con más ganas. No quiero despedirme de mis padres porque aunque en la universidad me lo pase bien, sé que va a pasar mucho tiempo para que los vea otra vez, un viaje para cruzar el océano es bastante caro, y más en temporada alta.

Las horas de avión se me hacen eternas, pero compensan con todo lo que me gusta subirme aquí. Cada vez que vivo esta experiencia lo disfruto más que la anterior. He quedado con todos en la recogida de maletas del aeropuerto, y tengo muchas ganas de verlos de nuevo. El primero que me ve es Adonis, los demás hablan entre ellos y se abrazan. Se ven muy unidos, como si no hubiesen pasado dos semanas desde la última vez que se vieron. Una muy pequeña parte de mí, la que todavía tiene ese complejo y esa baja autoestima, piensa en saludarles fríamente y dejar que ellos sean amigos porque al fin y al cabo he sido yo la que he venido la última, y quizá están bien sin mí, pero otra parte, la que ahora es mayoritaria, quiere estar con ellos porque sabe que les caigo bien, y ellos a mi también, pero todos mis pensamiento se van cuando Adonis me estrecha entre sus brazos y me levanta del suelo.

—¡Cielo! No sabes cuanto te he echado de menos, todos están preguntando por tí. Que si tardas mucho, que si te has perdido en el aeropuerto, que si te has quedado con tus padres... Yo sé que venías de camino, confiaba en tí—habla muy emocionado, lo que más me gusta de él es que dentro de esa faceta de malote es un chico increíble y un muy buen amigo. Me vuelve a abrazar, esta vez más fuerte aún— ay, no sabes cuanto te he echado de menos, tengo tanto que contarte, pero vayamos con los demás, no quiero ser egoísta.

—Muchas gracias Adonis—le digo mientras llegamos donde está el resto, me ven todos a la vez. Tania y Ethan se tiran encima de mí, abrazándome cada uno por un lado, Adonis se les suma, y por último se une Andrew. Realmente los he echado de menos.

—¡Qué tía! ¿Cómo no nos has avisado de que ya habías salido del avión? Llevamos esperando horas, tienes suerte de que seamos buenos amigos y no hayamos venido a buscarte cuando llamases—Dice Tania cuando todos me vuelven a dejar respirar.

—¡Perdona Tania! No me acordaba de que mi avión tarda muchas más horas que los vuestros porque... ¡Sopresa! Vengo desde la otra punta del mundo—digo irónica.

—Eso Tania, la pobre muchacha ha tenido un viaje muy largo y encima, la agobias—dice Ethan.

Después de un buen rato hablando entre todos, vamos a la entrada del aeropuerto y pedimos una furgoneta para que nos lleve hasta la residencia, que cae un poco lejos. Me sorprende que Andrew no se haya dirigido a mí como lo han hecho los demás, de hecho ha estado un poco distante, y aunque haya sido una impresión mía, ya encontraré un momento para estar con él a solas y hablar sobre todo lo que ha pasado durante estas vacaciones, porque siento que algo ha cambiado entre nosotros, hemos estado muy unidos y en cada momento que nos confiábamos demasiado, me recordaba a mí misma que me gusta mi amigo y que nos besamos en una fiesta, y aunque eso esté olvidado para los dos, no quiere significar que no haya ocurrido.

Inefable (YA EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora