Inefable (YA EN FÍSICO)

XIX

¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO?

Noto cómo se me para el corazón, cómo me cuesta respirar, y lo único que siento es cómo mi pecho se agita más y más a menudo, también tengo hiperventilación. El suave tacto de la palma de Andrew en mi brazo trata de calmarme, oigo susurros lejanos tranquilizándome, pero no puedo hacerles caso, es como si estuviesen muy lejos, aunque sé que el que habla es Andrew, quien sigue rodeándome, aunque me aparco poco a poco porque estoy hasta sudando, y me encuentro muy cansada.

No puede haber dicho eso. Andrew no acaba de hablar con Canelle y me acaba de invitar a su boda con mi ex novio ¿Esta chica qué pretende? mi parte más vengativa y rencorosa piensa que podría liarla en su boda, y podría pensar perfectamente cómo hacerlo, pero no es mi intención en ningún momento, porque en algún momento en el pasado pensé que Cannelle era mi mejor amiga y todo lo que merecía en la vida, lo compartimos todo, todos los secretos, todas las bromas, todos los juegos de la adolescencia...

Y Josh... realmente nunca pensé en él como en el mejor novio del mundo o el futuro padre de mis hijos, pero sí que me gustaba bastante, teníamos momentos malos, pero también tuvimos bonitos, me hizo tantas promesas falsas, tantos «te quiero» sin sentirlo por su parte, aunque siempre me conformé, porque hoy en día «las parejas duran poquito, quedan pocos abuelitos, que nos digan sus truquitos».

No me doy cuenta de que Andrew tira conmigo suavemente hacia dentro cuando ve que me he calmado, no sé si me ha preguntado en algún momento durante mis pensamientos si me encontraba bien, pero si sé que he asentido a algo que ha dicho mientras pensaba, inconscientemente.

—¿Piensas que podemos arruinarle la boda? —bromeo, y freno en seco por el recorrido que está haciendo, me doy la vuelta para mirar a mi novio, quien viene detrás de mí, pero no se da cuenta de que he parado y chocamos, haciendo que nos caigamos al suelo, aún en el césped del patio donde estábamos abrazados, apenas hemos dado unos pasos. Se echa a reír porque él va un poco bebido y yo ya estoy mejor después del ataque de pánico —o lo que supongo que ha sido, por todos los síntomas y que no es la primera vez que me pasa—.

—Lo... siento— sigue riéndose con esa risa contagiosa que saca cada vez que le cuento un chiste malo y empiezo a reírme antes de contarlo.

No puedo evitar sentirme mucho mejor cuando lo escucho reírse, y esto hace que me tranquilice más, aunque irónicamente esté en el suelo con él encima de mí, casi aplastándome. Algo en mi corazón me invita a reírme con él o a acompañarle, aunque podría reírme solo con escucharlo reír, que me recuerda que no todo en la vida es tan malo, que no debería preocuparme tanto y que puede que no vuelva a pasar otra vez por todo lo que pasé con Josh, porque de los errores se aprende, ¿no? Además, sé a ciencia cierta que Andrew y mi ex novio no se parecen ni en el blanco de los ojos. Aunque no puedo evitar pensar en que todas estas inseguridades que me llevan invadiendo estos días, y el desequilibrio de sentimientos, a ratos pienso que no es para tanto y que debo vivir la vida, y otra me preocupo demasiado por mi relación con Andrew...

No es ninguna tontería esto, quizás podría pedir ayuda profesional para poder evitarlo.

—Chaton, no te preocupes por eso— dice Andrew arrastrándose por el suelo hasta alcanzarme y poner sus manos en mis mejillas de nuevo, aún húmedas, incluso se puede ver una muy pequeña sonrisa en mis labios— a veces solo tienes que beber un poco, salirte de tus límites establecidos y vivir la vida. No te vas a caer, no te vas a hacer daño, no soy como él, no pienses así de mí, por favor.

—¿Cómo sabes que es eso lo que me preocupa?

—¿No es obvio? Tu cara lo dice todo, siempre he sabido leerte las expresiones, y desde que salimos, más de una vez has puesto esa cara y esa mirada perdida en algún sitio, sé qué te preocupa salir mal de la relación, pero recuerda que no soy como él, jamás te haría daño, antes salgo herido yo.