XVI

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OFICIAL


—¡Buenas! Ups, creo que llego tarde ¿no?

—no... no te creas—logro vocalizar—nosotros acabamos de llegar.

—Exacto, estábamos viendo que había un chicle pegado en la pared, por eso estábamos tan juntos—me sigue la broma Andrew.

—Está bien...—duda— vamos ya al Starbucks con los demás a ver si vamos a llegar tarde allí también.

Las clases ya son con más contenido y se enfocan más aún a la carrera, y me doy cuenta de que he acertado con ella. Cada clase se ha hecho más pesada que la anterior, y gracias a dios sigo compartiendo clases con algunos de mis amigos, incluida Michelle, quien se ha vuelto loca cuando le he contado lo que ha pasado esta mañana.

Decido pasar el día con ella, ya que tengo que alejarme del grupo para que no sea incómodo, tanto para Andrew como para mí; todos sabemos que nosotros hacemos buena pareja, pero también vamos a estar incómodos si controlamos tanto todo lo que hacemos. Hemos quedado el grupo entero, junto con Michelle, esta noche, para hablar de «eso»; los tres —Andrew, Michelle y yo— estamos muy emocionados con lo que pasará esta noche, aunque ninguno sepa qué vamos a hacer.

Me lleva mi amiga a dar una vuelta por el centro de la ciudad, y decidimos comer en La Taquería Toulouse, un mexicano cerca de nuestra universidad, donde llevábamos tiempo comentando de querer ir. Es un restaurante que hace de esquina en una calle muy estrecha, está todo decorado con cosas típicas de México; hay una imagen de Frida Khalo en la pared y es lo que más destaca del local, varios dibujos de calaveras representando el día de los muertos —tengo un trauma con ese día, y con las calaveras— manteles coloridos, la bandera de mi país, tacos... me recuerda a casa, y a Michelle se le sale la sonrisa también, por lo que ha dicho mientras llegábamos es que en su país también hay muchos mexicanos y es su tipo de comida favorita.

—Sigo flipando en lo que ha pasado esta mañana. De hecho, creo que no me he enterado bien—dice mi amiga respecto a lo que ha pasado esta mañana. Es la cuarta vez que me hace repetir la historia— ¿Me la puedes contar de nuevo? Creo que no he pillado todos los datos importantes.

Me rio y, aunque ya se la haya contado y sepa perfectamente qué ha pasado, se lo cuento mientras terminamos de comer, porque a mí también me hace mucha ilusión contarlo, aunque casi nos pillase Tania.

—Voy a llamar a Ethan para que vengan a buscarnos—le digo, ya que ella va a venir a nuestra «reunión» de esta noche.

Está biendice mientras marco su número. Hemos quedado dentro de diez minutos en la parada de bus de siempre. —¿Estás preparada para ver a tu novio? —pregunta ella con más ilusión de la que debería cuando le cuelgo. Asiento sin ganas porque ahora mismo todas ellas están esperando a verle, como bien ha dicho mi amiga, pero no sé qué pasará cuando lo haga

—Oye Michelle —la llamo, y ella me mira bastante preocupada—¿cómo crees que se tomarán esto los demás? Tengo... bastante miedo —y lo noto sobre todo ahora al no poder expresarme con claridad— al principio hubo un malentendido entre Tania y yo porque ella... tiene toda la aprobación de los chicos y tenía miedo de que al llegar yo se la quitase, o no encajase en el grupo de «repetidores» y ahora que he conseguido que me acepten y estar en paz con ellos, que me apoyen y me quieran como una más, no sé si estarán de acuerdo con que me guste Andrew, pero... es como que siento que esto no está bien. Él y yo somos amigos, y estamos en un mismo grupo de amigos, sé que los sentimientos no se pueden controlar y todo eso, pero sí que se puede controlar el afecto en público.

Inefable (YA EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora