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UNA TARDE DIFERENTE


Llevo una semana yendo a terapia, y veo las cosas desde otra perspectiva, he aprendido a saber llevar los ataques y me ha dado unos cuantos consejos sobre mis inseguridades, aunque aún hay mucho que aprender, me relaja saber que lo puedo tener bajo control, también me ha dicho Lily, mi psicóloga, que es totalmente normal pensar lo que siento últimamente en cuanto a mi relación con Andrew, y que todo en mí es normal, solo tengo que saber llevarlo.

Estoy con Andrew, los dos tumbados, uno al lado del otro, en el sofá del piso de estudiantes de Adonis y Ethan, y ellos han ido a comprar comida porque vamos a hornear galletas. Como el viernes pasado dije que no quería volver a ir de fiesta porque iba a perder mucho tiempo y no me iba a poder concentrar en los exámenes, así que a Ethan se le ocurrió que era mejor idea hacer cosas juntos en un sitio donde no haya mucho barullo, como hacer galletas caseras en un piso de estudiantes donde no pertenecemos ni la mitad de los que vamos a hacerlas, por suerte Ryle y Cam se han ido el fin de semana a una casa rural con sus amigos.

—Soy mitad agonía mitad esperanza—le susurro al oído a Andrew, llevamos así desde que decidimos que íbamos a hacer este plan.

—Creo que Jane Austen no estaría de acuerdo, eres del todo esperanzas, porque nunca la pierdes, incluso después de haberte caído tantas veces, incluso al tener miedo por volver a levantarte y no poder sostenerte en pie... eres muy fuerte, y estás llena de esperanzas, chaton, estoy muy orgulloso de tí, por todo lo que estás consiguiendo, ya has dado un paso más, y estoy totalmente seguro de que conseguirás todo aquello que quieres, porque no te rindes nunca.

—Para, se me van a caer las lágrimas, que bonito discurso, yo tambien estoy orgullosa de tí—y lo sabe, aunque no le haya pasado nada para poder combatirlo, sonreímos, y me quedo mirando esas arrugas que se le marcan en los ojos cada vez que lo hace.

—Me encanta como me miras—confiesa.

—Y a mí me encanta como sonríes.

Me da un beso corto en los labios y sigue pensando más frases de libros que puedan significar algo en nuestra vida, últimamente es lo que más hacemos cuando estamos solos, porque nos recuerda a esas vacaciones de navidad en las que estuvimos prácticamente todos los días hablando y fue cuando nos dimos cuenta de cuánto nos gusta la literatura.

—Tienes el poder de llenarme cada vez que sonríes, y eso dice más sobre tu risa que sobre mi vacío —digo, y él no hace más que sonreír —¿puedes parar de sonreír? me pongo nerviosa cada vez que lo haces.

—Conocerte pudo ser una cuestión de suerte, o una simple coincidencia, pero prefiero tomarlo como un regalo de la vida.

—Tú con tu sonrisa, y yo con mis ganas de hacerte reír, no lo olvides bête, vamos a ser éxito.

Vuelve a sonreír, y yo le tapo la sonrisa con mi mano, y sonríe aún más cuando me ve con cara molesta, pero ambos sabemos que estamos de broma, me da un beso en la palma de mi mano y me la quita con la suya, entrelazando sus dedos con los míos.

—¡Ya estamos aquí!—canturrea Ethan desde la entrada, y los dos poco a poco nos incorporamos.

Cuando estamos los seis en la cocina, nos repartimos el trabajo para poder ir más rápido y hacerlo más ameno. Tania y Ethan se encargan de decir la receta en voz alta, sentados en la encimera de la cocina; Michelle y Adonis cogen los ingredientes y los meten en el bol, y por último Andrew y yo nos dedicamos a removerlo y a usar la espatula o la lengua pastelera cuando hace falta.

Inefable (YA EN FÍSICO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora