capitulo 8

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La mañana estaba fresca, escuchar los pajaritos cantar me calmaba de una forma espléndida, podía ver cómo los reflejos del sol entraban por la ventana acariciando mi piel, sintiendo calidez. El olor a café recién hecho se colaba por mis fosas nasales. Si, hoy amanecí de buenas.

- ¿Amber y porfin que hicieron con su tía?- salgo de mi hermosa burbuja en donde contemplaba la feliz mañana, al momento que mi mamá me habla.

- pues ir a ver una película y listo- contesto con simpleza, para volver a ver la ventana, sirviendo mi café.

- ¿qué tipo de película?- pregunta, suelto un suspiro, la miro, ella está sentada al frente de mí en el sofá de la sala, tomo un sorbo de mi café mientras pienso cuál película.

- mmm se llama Moana- nunca he visto esa película pero una vez vi un póster promocionándola.

Mi madre asiente y sigue cosiendo unas perlas falsas a su vestido blanco.
Yo me quedo un momento mirándola a ver si me pregunta algo más, pero no, veo como Ámbar pasa cerca y no dudo en llamarla.

- ¡¡Ámbar!!- ella voltea a mirarme- ven acá por favor.

Ella camina hacia mí, asta detenerse a un costado del sofá.

- que quieres- habla fastidiada.

- que me lleves esta taza de café a la cocina y me traigas un vaso de agua- veo como abre la boca para protestar, pero yo arqueo una de mis cejas, Ámbar la cierra, una vez cae en la cuenta lo que me prometió. Me quita la taza de mala gana.

- Amber- sisea mi madre.

- por favor- pido amablemente. Mi hermana gira y retoma su camino.

- ¡¡también tráeme las galletas de chocolate que hizo mami!!- grito y mi madre me da una mira dita- ¡¡por favor sirvienta!!.

- ¡¡te pasas!!- grita Ámbar. Yo me río.

Me recuesto en el sofá relajadamente, en mis pensamientos me llega esa mirada azul tan intensa. Avía pasado un día después de ir a el dichoso club y no avía podido sacarme a ese hombre de mi cabeza, cuando ayer llegamos a casa no hablé con Nadia solo llegué encerrándome en mi habitación, mientras pensaba en Vladímir Tretyakov, todo de él gritaba poder, todavía conservo el pañuelo que me dio. Pero dudo que lo vuelva a ver en mi vida.

Por otro lado, hoy voy a meterme en la web pera escribirle al hombre misterioso. Si al otro no lo voy a ver más, espero que con este sí.

Todavía tengo cosas que hablar con él.

***

Salgo de mi habitación con un chocolate en la mano, camino por el pasillo que se encuentra oscuro.
Mis padres ya deben de estar en el quinto sueño, mientras mi hermana y yo todavía deambulamos en la casa.

Llego al despacho de mi padre, abro la puerta lentamente y me encuentro una Ámbar entretenida en el ordenador, sonriendo, tocó con mis nudillos la puerta haciendo un sonido leve para que mi hermana se dé cuenta que llegue.

Ámbar voltea haciendo puchero, pero no le prestó atención.

- tu tiempo se terminó, despídete- digo entrando al despacho.

-am un ratito más, mira que la conversación está buena- vuelve hacer puchero.

- no, si fuera más temprano, me toca a mí, además son la 1:20.am, solo despídete.

- de acuerdo- responde resignada, ella debería agradecer está aquí desde las 11, y se supone que yo debería estar a las 12, pero como soy muy considerada con ella la dejé un rato más, veo como sale de su perfil, mientras yo abro la envoltura de la barrita de chocolate, como me encanta, es mi dulce favorito.

Infringiendo Las Reglas +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora